Omoda ha aparecido en España recientemente, y aunque aquí es una nueva marca de coches que sigue –en cierto modo- los pasos de MG, en realidad en China tiene una dilatada trayectoria. No la propia Omoda, pero sí su matriz Chery. En su mercado de origen se vende el mismo Omoda 5 que ha arrancado aquí su comercialización tanto en versión con motor gasolina como en una configuración totalmente eléctrica. La sorprendente diferencia está en que allí se puede comprar desde 11.800 euros al cambio directo de divisa y aquí, sin embargo, se ha estrenado por 28.000 euros como mínimo.
Lo que ocurre aquí es, en realidad, poco más o menos lo que le ocurre a todas las marcas chinas cuando se enfrentan al mercado europeo. En su mercado de origen son capaces de mantener precios sorprendentemente bajos y, sin embargo, cuando empiezan a vender los mismos coches en Europa lo hacen con precios el doble de altos o incluso el triple, en algunos casos. El caso concreto de Omoda, como te digo, es que el Omoda 5 con motor gasolina se puede comprar en China desde 11.800 euros y aquí en España cuesta 28.000 euros, más del doble.
Aranceles, costes de transporte, exigencias de EuroNCAP y otros motivos que explican el brutal sobrecoste de los coches chinos en Europa
Este Omoda 5 es un modelo con carrocería SUV de 4,4 metros de largo que usa un motor 1.6 TGDi de 185 CV de potencia máxima, un gasolina ‘de toda la vida’ sin electrificación de ningún tipo y con etiqueta C de la DGT. Se podría comparar por tamaño con modelos como el Toyota C-HR, el KIA Niro o el Hyundai KONA; es decir, que está algo por debajo del Hyundai Tucson o el KIA Sportage. Y en realidad, con los 27.899 euros que cuesta en España, está perfectamente alineado con el precio de sus rivales.
Aún así, como te digo, en China el mismo coche cuesta 11.800 euros. Y la explicación está en que todos los coches chinos se enfrentan a un arancel del 10% para su comercialización en Europa, y la situación puede ser todavía más llamativa si se aprueba el 20% que pretende Europa. Además de esto, la mayor parte de las marcas chinas fabrican sus vehículos en China, como es el caso de Omoda, y tienen que enfrentarse a unos mayores costes de transporte para mover sus vehículos desde allí hasta los diferentes mercados europeos.
Por otro lado, hay que considerar que la normativa en términos de seguridad allí, en China, no es la misma que en Europa. Por eso, aunque parezcan exactamente el mismo coche, hay muchas ocasiones en las que la versión que se vende en Europa no es exactamente igual que la de China, más que nada porque han tenido que ponerle más sistemas de asistencia a la conducción o, en general, sistemas de seguridad activa y pasiva. Y esto, evidentemente, también se traduce en un notable incremento de costes con respecto a la configuración que venden en China.
Y también está el hecho de que, sencillamente, los mercados son distintos. En China están en medio de una voraz guerra de precios y todos los fabricantes están constantemente –desde los últimos años- bajando precios de todos sus modelos. Aquí en Europa, aunque la situación del mercado del automóvil está lejos de ser la mejor posible, no está existiendo esta competencia tan agresiva entre las marcas. Y como te comentaba anteriormente, el precio del Omoda 5, por muy distinto que sea del que mantiene en China, aquí en España está perfectamente alineado con los precios que tienen sus rivales directos por dimensiones y prestaciones.