«Nadie se atreve a decirlo»: escándalo en Toyota, más de 2 millones de coches al taller

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En las redes sociales está empezando a armarse un buen revuelo. Cientos de usuarios aseguran que ‘los grandes medios no se atreven a hablar de ello’ cuando, sin embargo, estamos siendo constantemente bombardeados con ‘retiradas’ de Tesla que, en realidad, son problemas que se resuelven con una actualización OTA. Y ante este problema de Toyota, que sí que ha obligado a llamar a pasar por el taller a 1,12 millones de coches vendidos en todo el mundo, los usuarios dicen que parece que nadie se atreve a hablar de ello. Efectivamente, la marca se enfrenta a un gran problema relacionado con un cortocircuito en un sensor que puede llevar a que los airbag no se desplieguen de la forma en que está previsto que hagan.

Sea cierto, o no lo sea, los usuarios se quejan en redes sociales de que cuando el más mínimo problema afecta a Tesla y sus coches eléctricos, en seguida lo vemos en todas las cabeceras de los medios generalistas y especializados. Y que ahora, que a Toyota le está pasando algo mucho más grave, parece que hay muchos que no se atreven a hablar de ello. Lo que ha ocurrido es que, efectivamente, Toyota ha llamado a 1,12 millones de coches a pasar por el taller porque un cortocircuito en un sensor puede provocar que los airbag no funcionen de la forma en que está previsto. Y esto, evidentemente, supone un gravísimo riesgo para la seguridad de sus clientes y los ocupantes del vehículo.

Más de 1 millón de coches de Toyota y Lexus, afectados por un grave problema de seguridad por el que puede que los airbag no funcionen como deberían

Esta llamada a revisión afecta a vehículos fabricados entre 2020 y 2022 y, como te venía comentando, son modelos y unidades vendidas en todo el mundo. Hay modelos tanto de Toyota, como puede ser el Toyota RAV4, y también hay diversos modelos de Lexus que están igualmente afectados. Entre los detalles que se han ofrecido se especifica que este problem podría afectar al normal funcionamiento del OCS, un sensor de ‘clasificación’ de los ocupantes que está directamente vinculado a los airbag del vehículo y del que, por tanto, depende de forma crítica la seguridad en caso de accidente.

Estos sensores son los que se encargan de garantizar que los airbag no se desplieguen si en el asiento delantero –el del acompañante- está sentado un adulto de estatura reducida o un niño. Porque, como imagino que ya sabrás, el airbag es un sistema de seguridad fundamental para reducir el riesgo de lesiones y disminuir su gravedad, pero siempre y cuando funcione como debe y se active única y exclusivamente cuando se dan ciertas condiciones en un accidente de tráfico. Así que también es fundamental que, bajo ciertas circunstancias, el airbag no se active.

Toyota ha detallado que, tanto esta marca como también Lexus, harán pasar por el taller a más de 1,12 millones de coches potencialmente afectados por este problema para que se inspeccionen debidamente. Y en caso de que sea necesario se reemplazarán los sensores afectados. Además han informado de que se empezará a notificar a los propietarios a partir de febrero de 2024 cuándo, y de qué modo, tendrán que ir pasando por su taller más cercano para poder hacer la inspección y, si corresponde, la retirada de los sensores para la instalación de unos nuevos que funcionen adecuadamente. No hay que olvidar que durante el verano de 2022 ya se detectaron 3.500 unidades del Toyota RAV4 afectadas por un problema relacionado con el sensor OCS.

Y otras casi 1,9 millones de unidades de Toyota RAV4, afectadas por riesgo de incendio de su batería

Además de este problema que afecta al funcionamiento del airbag de millones de unidades, también se ha informado de una llamada a revisión de 1,9 millones de unidades de Toyota RAV4 porque su batería, en ciertas curvas, podría llegar a provocar un incendio. La marca ha detallado que ciertas unidades fabricadas entre 2013 y 2018 tienen una batería de 12V más pequeña que otras unidades del modelo, que llevan una batería más grande. Y esto, efectivamente, puede derivar en un riesgo de incendio si se cumplen ciertas circunstancias.

Por la diferencia en las dimensiones, en algunos casos la abrazadera de sujeción no aprieta debidamente la batería, no es capaz de mantenerla en su posición de manera segura y, por tanto, la batería se puede mover. El riesgo está en que el terminal positivo pueda hacer contacto con la abrazadera produciendo un cortocircuito y aumentando el riesgo de incendio. En este caso concreto se está ‘preparando una solución’ de la que se informará cuando esté lista. Entonces, los distribuidores informarán a los clientes y reemplazarán las abrazaderas, la bandeja de la batería y la cubierta del terminal positivo.