Esta semana ha habido escándalo en torno a Polestar, la marca de Geely hermana de Volvo. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que un cliente chino había sufrido un accidente con su Polestar 2, y en el servicio técnico de la marca le pedían 80.000 euros. El altísimo coste de esta reparación venía justificado por el cambio de batería, en tanto que la misma se había dañado durante el incidente. Y ahí se había quedado la historia, con una factura inasumible e inexplicable. Sin embargo, el coche ha acabado en el desguace.
Un cliente chino sufrió un accidente con su Polestar 2. El coche sufrió algunos daños típicos en paragolpes, llantas y otros elementos, pero el gran problema está en que en este accidente dañó la batería. El Polestar 2, a diferencia de otros coches que tienen la batería con diseño de ‘plancha’ colgada en los bajos del coche, sujeta al chasis, tiene la batería integrada en el chasis y en dos capas, con forma de ‘H’. Este diseño hace que la batería esté mejor protegida contra impactos y posibles daños; sin embargo, también hace que sea mucho más difícil de reparar. Ese es el motivo que explica que el cliente chino recibiera un presupuesto de casi 80.000 euros.
Presupuesto de casi 80.000 euros por reparar la batería de su Polestar 2, y el coche acaba en el desguace
El presupuesto de casi 80.000 euros que recibió el usuario chino fue el oficial de Polestar. Sin embargo, en un taller independiente le presupuestaron 59.000 euros, que es un precio mucho más bajo, pero sigue siendo una locura. Hay que tener en cuenta que el Polestar 2 del cliente chino, allí, tiene un precio aproximado de 49.500 euros. Es decir, que le estaban pidiendo más dinero por repararlo que por comprarlo nuevo, algo que evidentemente no tiene ningún sentido. Ni siquiera si tenemos en cuenta que, aunque las baterías de los coches eléctricos son muy caras, suelen suponer el 40% ó 50% del coste total del vehículo.
Pero tal y como comentábamos, este enorme coste tiene que ver con el diseño de Polestar 2 para la estructura de la batería. En Lanjinger cuentan, y en cnevpost amplían, que la aseguradora tomó la decisión de enviar el coche al desguace y afrontar los costes, sí, pero optando por una solución mejor: darle al cliente un coche totalmente nuevo. ¿Por qué? Porque como hemos ido viendo, incluso en un centro de reparaciones más económico, seguía saliendo más caro repararlo que enviarlo al desguace y, en su lugar, comprar uno idéntico, pero nuevo, para que el cliente volviera a tener su coche.
Lo más curioso en toda esta historia es que desde Polestar se han pronunciado para asegurar que ‘la información de que sustituir el paquete de baterías costaría cerca de los 80.000 euros es incorrecta’. Sin embargo, ese portavoz de Polestar no ha entrado a dar detalles precisos sobre el caso concreto de su cliente chino. Y lo que sospechamos, sin tener más información, es que se refieren a que era el coste total de la reparación del vehículo, y no específicamente el coste de la reparación de la batería. Cosa que, por cierto, cambiaría bastante poco la historia en cuestión.
Sea como fuere, ya se han dado varios casos en los que el servicio oficial manda a su cliente, o a la aseguradora, un presupuesto desorbitado en relación a la reparación de la batería de un coche eléctrico. No hablamos específicamente de Polestar, sino que es algo que ha ocurrido anteriormente con otras marcas como Tesla o Ford, por ejemplo. Por eso es tan importante que se diseñen baterías reparables para coches eléctricos o, más bien, que se hagan diseños pensando en que puedan ser reparadas las baterías de este tipo de vehículos.