La Unión Europa tiene a la industria china del automóvil bajo investigación desde hace algún tiempo y, de hecho, las conclusiones de esta investigación están tardando en llegar más de lo que estaba previsto. Fue durante el pasado verano cuando se dio a conocer que Europa estaba tratando de averiguar si los grandes fabricantes chinos están siendo subvencionados por el gobierno para hacer frente con ayuda a los costes de producción y de transporte, y con el claro objetivo de tener unos precios más competitivos en Europa que las propias marcas europeas. No han llegado las conclusiones, pero sí el aviso de la inminente subida de los aranceles que se les aplican.
A finales del pasado año 2023, la Unión Europa dispuso un grupo de emisarios enviado a China precisamente para evaluar esta cuestión. Estos emisarios siguen trabajando en descubrir si los grandes grupos automovilísticos chinos están siendo subvencionados. Y mientras tanto, aunque todavía no hay conclusiones sobre este asunto, tal y como te venía comentando Europa ya prevé duplicar los aranceles que se aplican a los coches chinos. Ahora mismo están enfrentándose a un 10% de gravamen, pero ya han voces que apuntan a que este impuesto llegará al 20%. Lo que, inevitablemente, se traducirá en una importante subida en los precios de los coches chinos que ya se están vendiendo en multitud de países europeos.
Ahora mismo es China quien más está perjudicando a los europeos, pero Europa quiere darle la vuelta a la sartén con un arancel del 20%
En estos momentos, como te iba diciendo, la industria del automóvil china se enfrenta a un arancel del 10% para la comercialización de esos coches chinos en el Viejo Continente. Y sin embargo, los coches europeos tienen que pagar un arancel del 18% para hacer exactamente lo mismo en China. Esto es lo que explica que tanto las marcas europeas, como las chinas, estén dándose especial prisa por hacer acuerdos con compañías nacionales y por abrir sus propias fábricas en ‘suelo enemigo’, por decirlo de algún modo.
De hecho, de parte de las marcas chinas ya hemos visto intenciones de BYD, de SAIC, de Omoda y de muchas otras por abrir fábricas en Europa. Una de las que más prisa se han dado ha sido BYD, que ya ha establecido Hungría como el primer sitio en el que establecerá no solo una fábrica de coches eléctricos, sino también su primera planta de producción de baterías para este tipo de vehículos en suelo europeo. Pero las demás tienen también sus planes bastante avanzados para empezar a hacer exactamente lo mismo y saltarse los aranceles por la importación de sus vehículos.
Aunque ahora mismo el arancel es más grande para vender coches europeos en China, que para vender los coches chinos en Europa, la Unión Europea quiere cambiar la situación y darle la vuelta por completo. Se espera que pueda ser desde junio de este mismo año cuando el arancel se establezca en un 20%, superando incluso el gravamen que imponen los chinos, aunque el límite está fijado en otoño para corregir esta diferencia. Y mientras tanto, los grupos automovilísticos chinos están también revisando algunos otros asuntos para seguir siendo competitivos en Europa justo en el momento en que están empezando a despuntar en ventas.
Desde SAIC, por ejemplo, que es la dueña de MG, ya se han mostrado plenamente conscientes de este inminente cambio que llegará a Europa en otoño a más tardar. Y han señalado que están revisando su infraestructura operativa a nivel de costes. La intención es tener controlado dónde pueden rebajar costes todavía más para, efectivamente, poder adaptarse a la nueva situación en Europa. A fin de cuentas, lo de abrir fábricas de coches eléctricos en Europa, para esquivar los aranceles, es una solución pero requerirá de más tiempo del que tienen a su alcance las marcas chinas.