El Toyota bZ4X empezó su andadura comercial con mal pie. Tuvo que ser retirado de forma prematura porque existía riesgo real de que pudiera perder una rueda durante la conducción. Aquello se resolvió, pero cuando volvió al mercado le empezaron a llover las críticas por un problema de autonomía. En pruebas de circulación real se pudo comprobar que el Toyota bZ4X solo podía hacer un 65% de la autonomía prometida. Una auténtica decepción, aunque ahora sabemos cuál era el motivo real.
Cuando llegaron las primeras unidades de prueba del Toyota bZ4X, medios especializados empezaron a analizar la autonomía real que era capaz de hacer el primer coche eléctrico de la marca. Y encontraron que, frente a la autonomía oficial declarada por la marca, el coche era capaz de hacer solo un 65% del kilometraje anunciado. Y en realidad no era porque la batería no tuviera más energía almacenada, sino más bien por un problema de calibración en el software del modelo. Ahora se ha podido saber que, en realidad, cuando el conductor veía en la pantalla que quedaba un 0% de autonomía, el coche todavía tenía un 8% restante.
El Toyota bZ4X sí tenía más autonomía, era un problema de calibración que están resolviendo
Es curioso porque, aunque por culpa de esto el Toyota bZ4X ha recibido multitud de críticas, la marca japonesa no había dado una respuesta convincente al problema. El coche sí que ha sido siempre capaz de cumplir con la autonomía declarada, pero tal y como habían detectado usuarios del modelo el margen de seguridad aplicado es excesivamente generoso. Cuando el coche indica al conductor que ya no le queda energía para seguir circulando, en realidad todavía resta un 8% de la energía total de la batería.
Precisamente por eso, esta vez no va a hacer falta retirar el modelo para hacer cambios técnicos, ni llamar a revisión a sus usuarios para que pasen por taller para cambiar algún componente. En tanto que se trata solo de un problema de software, la marca tiene ya preparada una actualización de firmware que se empezará a desplegar durante este verano. El gran problema es que, mientras que los competidores de Toyota mantienen un 4% de batería como margen de seguridad, con el Toyota bZ4X han apostado por el doble.
Este margen de seguridad tiene que ver con dos puntos clave. Uno de ellos es que los fabricantes saben de sobra que las descargas profundas son las que pueden provocar la degradación prematura de la batería, y aplicando un margen porcentual generoso garantizan que el conductor no vaya a sobrepasarlos. Pero además, también tiene que ver con ese miedo a que los coches eléctricos ‘dejen tirados’ a sus usuarios. Cuando el coche alerta de que no queda energía, en realidad todavía hay batería suficiente para llegar a un cargador.
Es decir, que la medida aplicada en el Toyota bZ4X era a priori una buena idea, pero el margen de seguridad que ha aplicado el fabricante japonés ha sido tan excesivo que han provocado que la autonomía real que puede cumplir se quede lejos de lo que los usuarios esperaban. Con esta actualización, tanto las restricciones a la carga como las ‘reserva’ de energía volverán a valores normales. Así que los usuarios sí que van a disponer de la autonomía máxima del modelo, que es efectivamente la autonomía oficial que declara Toyota para el Toyota bZ4X.
Es previsible que después de las críticas que ha recibido su primer coche eléctrico, y de haber identificado que se trata de un problema de software y no de hardware, ahora planteen sus nuevos coches eléctricos de una forma distinta. Respecto al Toyota bZ3, que se lanzó apenas un tiempo después, no se han recibido noticias de que tenga problemas de autonomía. Ahora bien, este modelo ha sido desarrollado en colaboración con BYD y haciendo uso de sus componentes.