Solo hace unos días que CATL, el que a día de hoy es el mayor fabricante mundial de baterías para coches eléctricos, nos presentó la Shenxing Plus. Una batería compuesta por celdas LFP que recupera 600 km en 10 minutos y que además alcanza una destacable densidad energética de 205 Wh/kg. La compañía china está pisando el acelerador y el próximo paso es expandir las baterías de sodio, conocidas por ser mucho más económicas. Para ello han estado en conversaciones con una docena de marcas de vehículos eléctricos.
CATL ya tiene una primera generación de esta tecnología, pero están preparando una segunda generación más avanzada a nivel de especificaciones técnicas. Y con la intención de mantener su liderazgo a nivel mundial, y favorecer el rápido crecimiento de esta tecnología, han estado en conversaciones con una docena de fabricantes planteando una asociación a través de licencias tecnológicas. Con un modelo de cooperación LRS, que contempla darles la tecnología y los métodos de fabricación diseñando una nueva forma de obtener ingresos. Vamos, que ahora no quieren fabricarlas ellos de forma directa, sino licenciar la tecnología y método de fabricación para que las propias marcas se encarguen de fabricarlas.
CATL prepara un lanzamiento sin precedentes para su nueva batería de sodio, licenciando la tecnología
Al término del pasado año 2023, CATL tenía 259,7 GWh de capacidad de producción de baterías. Y es una compañía que, como te decía, se posiciona como líder mundial en el sector con una destacada cuota de mercado del 36,8%. Es, por cierto, la única compañía que supera el 30% de cuota de mercado según SNE Research. Pero ahora quieren expandirse al mercado internacional y hay en regiones, como en los Estados Unidos, donde tienen mayores dificultades para la construcción de sus plantas de producción.
La solución que parecen haber encontrado es, efectivamente, asociarse con las marcas de coches y emprender un nuevo modelo de asociación a través de licencias. Es decir, que se unen a un fabricante de automóviles para ofrecerles su tecnología y técnica de fabricación y, aunque siguen percibiendo ingresos, es la propia marca la que fabrica las baterías de CATL. Algo para lo que, como te digo, ya han estado en conversaciones con al menos una docena de marcas.
Y la clave está en que las baterías de sodio deberían coger gran tracción a nivel mundial. No hay que olvidar que son baterías mucho más baratas que las NCM, e incluso que las LFP, y que su cuota de mercado debería por tanto crecer rápidamente a medida que continúen llegando coches eléctricos más pequeños y más baratos, por ejemplo, para el mercado europeo. La primera generación podía alcanzar los 160 Wh/kg con un sistema de carga que requiere de sólo 15 minutos para llegar al 80%. Así que esta segunda generación, de la que aún no han dado datos técnicos, debería dar prestaciones aún mejores.
También hace tan solo unos días que dijeron que su batería de estado sólido llegará en 2027. Trabajan en multitud de tecnologías para los próximos años, pero es verdad que han sido muy conservadores con las baterías de estado sólido. Aunque sí avanzan que será un antes y un después para los coches eléctricos, tanto en potencia de carga como en densidad energética, creen firmemente que esta tecnología tardará muchos años en tener una cuota de mercado significativa.