Es de sobra sabido que los coches eléctricos declaran una autonomía en kilómetros según los resultados del ciclo de homologación; pero esta autonomía tiene variaciones muy fuertes en función del tipo de uso, de los tipos de recorridos y también dependiendo del tiempo. Sí, el clima le afecta enormemente a la autonomía del coche eléctrico. Tanto, que cuando hace frío, sea o no durante el invierno, podemos tener una pérdida de 200 km de autonomía y haciendo exactamente lo mismo. Vamos a repasar en qué medida el frío nos hace perder kilómetros de autonomía en un coche eléctrico.
Tomando como primera referencia un Tesla Model 3 con batería LFP de 57,5 kWh útiles, en condiciones reales ofrece una autonomía de hasta 555 kilómetros como máximo. Esta cifra se consigue en circulación por ciudad y cuando el tiempo juega a su favor, sin ser excesivamente caluroso como para tener que conectar el aire acondicionado. Pues bien, esta cifra, de nuevo en ciudad, pero con frío, se va hasta unos escasos 360 kilómetros de autonomía en condiciones de conducción realistas.
El frío hace que los coches eléctricos tengan mucha menos autonomía, pero ¿cuántos kilómetros se pierden en invierno?
Si nos vamos a un Dacia Spring, con batería útil de 25 kWh, en ciudad y con buen tiempo nos ofrece hasta 245 kilómetros de autonomía, que haciendo exactamente lo mismo se quedan en tan solo 160 km cuando hace frío. En el Fiat 500e de 24 kWh, con 21,3 kWh útiles, en ciudad podemos hacer 210 kilómetros cuando hace buen tiempo, pero se nos van a quedar en tan solo 135 km cuando las temperaturas sean más frías. Como vemos, este tipo de coches sufren menos, pero se quedan en cifras de autonomía irrisorias durante la temporada de temperaturas más bajas.
El recientemente estrenado MG 4 Electric Standard Range, con 50,8 kWh de batería útil, puede alcanzar una autonomía de 440 km por ciudad y con buen tiempo, pero nos vamos a quedar en 295 km cuando las temperaturas sean más bajas. Siguiendo con lo mismo, el Nissan Leaf con 39 kWh útiles pasa de una autonomía de 355 km a tan solo 235 km, y el Opel Corsa-e, que evidentemente es la versión eléctrica del modelo y tiene 45 kWh útiles, pasa de 430 km a 280 km cuando el frío juega en su contra.
Y todo esto contando con que los coches eléctricos modernos, los que se están comercializando actualmente, cuentan prácticamente todos ellos con un sistema de climatización por bomba de calor que es extraordinariamente más eficiente que los anteriores por resistencia. Pero es que el gran problema de la autonomía de los coches eléctricos en invierno no está tanto en la climatización del habitáculo, sino más bien en la eficiencia de las celdas y el paquete de batería con temperaturas bajas.
En España es en uno de los países de Europa donde menor problema suponen estas enormes diferencias de autonomía entre la temporada de mejor y la de peor temperatura. ¿Por qué? Porque estamos en un país privilegiado en cuanto a temperatura media anual. Sin embargo, en otros países europeos las temperaturas son notablemente más bajas durante todo el año, y mucho más bajas durante el invierno. Y ya hay tecnologías que se están desarrollando para reducir este problema, pero lo cierto es que cuando hace frío los coches eléctricos descienden peligrosamente en sus cifras de autonomía real.