El sistema Start&Stop de los vehículos térmicos modernos ha sido puesto en duda en infinidad de ocasiones. Y efectivamente, hay quienes sostienen que esta tecnología provoca que aumente el consumo de combustible, es la responsable de que se produzcan más averías de mecánica y electrónica y que, además, no reduce las emisiones contaminantes de este tipo de motores. Pero los comentario de ‘barra del bar’ sirven de poco, y hay estudios que lo han puesto a prueba y nos dicen, con datos, si el Start&Stop es bueno, o malo. Cuando veas a alguien en redes sociales hablar de esto, comparte el artículo con él o ella.
Antes de nada, el sistema Start&Stop es una tecnología que apaga el motor automáticamente cuando se dan las condiciones oportunas, por ejemplo en paradas en semáforos, y lo arranca de nuevo de forma automática nada más pisar el embrague. La intención de esta tecnología es evitar que el motor quede al ralentí en la medida de lo posible. Y se implementa en vehículos térmicos con la intención de reducir las emisiones contaminantes y de rebajar el consumo de combustible, pero ¿es realmente efectivo, o más bien un problema?
Dicen que el Start&Stop aumenta el consumo y las emisiones, y es el causante de más averías en el motor… ¿Qué hay de cierto en todo esto?
Aunque dicen que con el Start&Stop se gasta más combustible, la realidad es que la Asociación Estadounidense del Automóvil hizo una investigación en la que pudo comprobar que la tecnología Start&Stop en vehículos modernos es capaz de reducir el consumo entre un 5% y un 7% frente a vehículos que no utilizan esta tecnología. Que puede parecer poco, pero solo hay que pensar en la cantidad de veces en que se usará el sistema en uso urbano a lo largo de la vida útil del vehículo para darse cuenta de que es una diferencia drástica de consumo la que produce. En definitiva, este primer mito está totalmente desmontado.
También aseguran muchos que la tecnología Start&Stop produce averías en el motor de diversos tipos. Se basan en que el motor se enfría, y en que los lubricantes se tienen que calentar cuando arranca. Pero la realidad es que la forma en que funciona esta tecnología no permite apagar el motor si la temperatura de los componentes mecánicos y sus líquidos no es la adecuada, además de que el sistema está diseñado para arrancar de nuevo el motor, de forma automática, si la temperatura baja demasiado durante el tiempo en que ha entrado en funcionamiento. Por otro lado, impide que el aceite regrese al cárter, así que el motor se vuelve a arrancar con el lubricante suficiente.
Y sí, vale que el motor de arranque, la correa de distribución y otras piezas tienen que funcionar con más frecuencia que en un motor sin Start&Stop, pero es que se usan componentes más resistentes y que siguen unas especificaciones de fabricación más estrictas. Por otro lado, la electrónica se encarga de impedir la acumulación de hollín en el turbocompresor y la válvula EGR. Así que este mito también está totalmente desmontado.
Y otra cuestión muy comentada es que el Start&Stop desgasta la batería, pero la realidad es que los motores con esta tecnología vienen acompañados de baterías más modernas, más robustas y de mayor capacidad. De hecho, incluso hay coches en los que se usa una batería aparte para el sistema Start&Stop. Pero vamos, que la electrónica está programada también para revisar la carga de la batería antes de intentar apagar el motor y, si se detectan valores bajos, como si la temperatura es demasiado baja, sencillamente no se apagará el motor por precaución. De nuevo, otro mito desmontado en torno a esta tecnología.
Y en último lugar está la creencia de que el Start&Stop produce más contaminación. Esto sabemos que no es verdad porque la Universidad Politécnica de Madrid midió las emisiones provocadas por un diésel con Start&Stop y un vehículo sin esta tecnología y pudo comprobar que con Start&Stop las emisiones se reducen en más de un 20%. Incluso a pesar de otras muchas variables, como incluso el estilo de conducción de cada uno, efectivamente la tecnología Start&Stop tiene una relación directa con la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Así que, de nuevo, otro mito totalmente desmontado y la conclusión es que la tecnología Start&Stop, nos guste más o nos guste menos, no es dañina para el motor de nuestro coche ni la batería, además de que reduce el consumo y las emisiones de forma significativa.