El sector de las bicicletas eléctricas tiene por delante un futuro prometedor, y cada vez vemos más modelos con +100 km de autonomía. Pero hasta ahora nadie se había planteado algo tan innovador como Pragma Industries, una compañía francesa que acaba de estrenar una ebike alimentada por hidrógeno. Este combustible, cada vez más en boca de todo el mundo, le da a la Pragma Alpha Neo –que es como se llama esta bicicleta eléctrica- una autonomía de 150 kilómetros y la capacidad de cargarse de 0 a 100% en solo 1 minuto. Así que sus prestaciones están bastante por encima de lo que ofrece a día de hoy cualquier bici eléctrica del mercado, pero ahí no acaba todo.
En esencia es igual que cualquier otra bici eléctrica, con un formato tipo paseo con cuadro bajo, para que sea más cómodo subirse y bajarse. Tiene un motor eléctrico trasero de 250 W de potencia nominal y 350 W de potencia pico que presta asistencia eléctrica al pedaleo hasta 25 km/h, ajustándose a la normativa europea. Desde la marca hablan de que la Pragma Alpha Neo tiene un almacenamiento energético equivalente a 1.300 Wh, que está muy por encima de lo que ofrece la batería de casi cualquier bici eléctrica del mercado. Viene equipada con un sistema de frenos de disco hidráulico, en la rueda delantera y tambor en la trasera, y el depósito de hidrógeno soporta 300 bar de presión. A partir de ahí la gran incógnita es dónde vas a cargarla, porque la disponibilidad de hidrógeno es insufriblemente limitada a día de hoy y, además, aunque encuentres una estación de hidrógeno conseguir la presión adecuada es una odisea. No obstante, esto debería cambiar en un futuro próximo, según está estableciendo Europa poco a poco.
Una carga completa en 1 minuto y 150 km de autonomía en la Alpha Neo Pro, una singular bicicleta eléctrica a base de hidrógeno
Sobre un cuadro de aluminio multitubular, de doble estructura paralela, va encajado el módulo energético en el que se esconde una configuración de varios supercondensadores, un sistema de almacenamiento energético y un sistema de refrigeración activa por aire, además del depósito de 3 L de hidrógeno a 300 bar de presión. Este módulo es extraíble, de modo que la recarga de hidrógeno se pueda hacer de forma más fácil y rápida. Y la bici eléctrica viene pensada al milímetro con un equipamiento hiper completo en el que se incluye, por ejemplo, un sistema anti robo integrado directamente en el propio cuadro de la bicicleta.
Además de lo anterior, o de la parrilla de carga trasera, sorprende que venga equipada con un sistema de iluminación LED automática, como los coches eléctricos a día de hoy. Es decir, que aunque tiene un cuadro de mandos típico desde el que podemos controlar las luces de forma manual, también incorpora un sensor de iluminación para encender las luces automáticamente cuando se haga de noche o, sencillamente, circulemos por un sitio en el que no haya suficiente luz. Está pensado cada detalle y, aunque no es en absoluto barata, tiene un equipamiento mucho más pensado de lo habitual.
Pero la innovación tiene un precio, y es de nada menos que 5.690 euros ó de 79 euros al mes durante dos años mediante un contrato de renting. Y el mayor problema no es este, sino que efectivamente la disponibilidad de estaciones de carga de hidrógeno es más bien limitada. En un futuro no demasiado lejano una bicicleta eléctrica a hidrógeno puede que se convierta en la opción ideal, porque puede darnos 150 km de autonomía con un tiempo de carga de 1 minuto tan solo. Pero a día de hoy es prácticamente inviable.
Como cualquier otra bici eléctrica dispone de varios modos de conducción que son los que regulan el nivel de asistencia eléctrica al pedaleo; y en este caso contamos con 5 niveles distintos. Y además de todo lo anterior, también cuenta entre su equipamiento de serie con un caballete central. Pero tampoco revelan demasiados detalles específicos sobre marca y modelo de buena parte de los componentes de la ebike.