Tesla ha conseguido con su Tesla Model X el hito de ser el primer y único vehículo que en las pruebas de la NHTSA (la EuroNCAP americana) en conseguir cinco estrellas en todas las categorías y subcategorías, demostrando así la seguridad de su modelo SUV. Pero además, ha decidido mostrar en un vídeo lo difícil que es volcar un Model X, tanto que este vuelve a ponerse derecho de forma mágica, como si de un tentetieso se tratase.
Centro de gravedad bajo = menos posibilidades de vuelco
Model X is the first and only SUV to achieve a NHTSA 5-Star safety rating in every category and subcategory, with the lowest probability of rollover and overall injury of any SUV pic.twitter.com/V0f8ljeIBp
— Tesla (@Tesla) May 20, 2018
Como podéis ver, el vídeo mostrado por Tesla probando las posibilidades de vuelco de un Tesla Model X son, como poco llamativas. Aunque en el tercer intento el vehículo supera los 90º de inclinación y parece que va a acabar sobre el techo, vuelve a colocarse derecho de forma casi mágica. Pero, ¿qué propicia este comportamiento?
En primer lugar debemos tener en cuenta que debemos comparar un Tesla Model X con vehículos similares, es decir, con SUV de combustión que pesen 2,5 toneladas. Está claro que la estabilidad de un vehículo de estas características no será la misma que la de un Lotus Elise, por ejemplo, pero su especial configuración eléctrica hará que se comporte mucho mejor que sus rivales.
Como la mayoría de los eléctricos, el Tesla Model X incorpora sus baterías en el piso, lo que hace que el centro de gravedad del conjunto esté extremadamente bajo. Los fabricantes, sobre todo en deportivos, intentan rebajar el centro de gravedad poniendo el motor más bajo, fibra de carbono en el techo, los asientos más bajos, etc. Cuanto más bajo esté el centro de gravedad, mejor será su comportamiento en curva y menos desplazamientos de masa habrá cuando negociamos una serie de curvas enlazadas.
En el caso de los eléctricos, esto se consigue con las baterías y la ausencia del motor de combustión. De esta forma y ante un imprevisto, sus 2,5 toneladas propiciarán menos inercias laterales por el simple hecho de que están situadas más abajo. Y por ello, las posibilidades de vuelco son menores.
De igual forma, el coche se comporta como cuando nos balanceamos en una silla. Mientras el CdG esté dentro de las cuatro patas de la silla, no nos caeremos. Si por el contrario nos inclinamos mucho y este sobrepasa la proyección de las patas de la silla, nos iremos al suelo sin remedio. En el vídeo, la proyección vertical del CdG no sobrepasa las ruedas en el lateral y, por ello, vuelve a ponerse automáticamente derecho.