Probablemente ya sepas que cambiar amortiguadores no es barato, pero tendrás que hacerlo en caso de avería en la suspensión de tu coche. El sistema de suspensión es el que asegura que los neumáticos se mantengan en contacto con la carretera en todo momento, y garantiza además que tanto la aceleración como la frenada se lleven a cabo de manera óptima. Son, por tanto, no solo un elemento de confort sino también de seguridad. Y hemos reunido algunos síntomas de avería en la suspensión para que puedas detectar problemas tan pronto como sea posible.
Entre los síntomas que te van a indicar que existe una avería en la suspensión de tu coche hay varios, pero estos que hemos recogido son los que se repiten con mayor frecuencia. El principal es notar, durante la conducción, que el coche rebota de manera excesiva. Es fácil notarlo durante la conducción, pero una forma de asegurarnos de este problema es, en el capó, empujar el coche hacia abajo con el peso de nuestro cuerpo y soltar; al hacer esto, la suspensión no debería rebotar sino sencillamente volver a su posición original.
Los principales síntomas de avería en la suspensión de un coche
Otro habitual síntoma de que existe una avería en el sistema de suspensión está en que, durante la conducción, es perfectamente notable que el coche flanea al frenar o que, cuando hacemos una curva, se inclina en exceso o tiende a ‘subvirar’; es decir, que tiende a ir recto en las curvas. Esto ocurre porque el sistema de suspensión no es capaz de mantener correctamente los balanceos y las inercias de la carrocería, y por tanto los neumáticos pierden la adherencia óptima.
Pero además de esto anterior, si un coche tiene una avería en la suspensión es posible que notemos un síntoma muy habitual: en parado, el coche se ve desnivelado de un lado, o de la parte delantera o trasera, aunque esté en una zona totalmente llana. Si hay alguna zona de la carrocería hundida, efectivamente puede deberse a un problema relacionado con el sistema de suspensión de nuestro vehículo. Es posible que nos toque cambiar los amortiguadores para que vuelva a estar como siempre –y como debería estar-.
Y otros síntomas habituales son el desgaste irregular de los neumáticos, aunque esto podría deberse a que es necesario hacer el paralelo. No obstante, si el paralelo está hecho, y está hecho correctamente, es normal que el desgaste irregular de los neumáticos provenga de un problema en el sistema de suspensión. Por último, también debemos prestar atención a los sonidos y ruidos que provienen de la suspensión y que pueden producirse, en caso de avería, tanto en el paso por curva como, por supuesto, al pasar por algún tipo de bache. En los resaltos de las ciudades y zonas urbanas es muy habitual escuchar este tipo de sonidos en la compresión y descompresión de la suspensión.
Si detectásemos cualquiera de estos síntomas en nuestro coche, lo mejor que podemos hacer es acudir a un taller lo antes posible. Como comentábamos anteriormente, una suspensión en mal estado, o averiada, va a repercutir de manera negativa sobre el confort en la conducción. Pero, sobre todo, va a afectar de forma negativa sobre la seguridad. En las curvas, con lluvia y en situaciones cotidianas, es crítico que la suspensión actúe como es debido. Y no lo hará si existe algún tipo de avería.