Hay decenas de aspectos que condicionan la experiencia de conducción, las sensaciones que transmite un vehículo. Y entre ellas está el servofreno. Como podrás imaginar, sí, es un mecanismo, o sistema de mecanismos, que está estrechamente ligado al freno del vehículo. Y aunque profundizamos a continuación con el concepto, a grosso modo es lo que determina la fuerza –mayor o menor- para una misma intensidad de frenado. Veamos qué es el servofreno y cómo funciona exactamente.
El servofreno es un mecanismo que se encarga de reducir el esfuerzo humano que hay que aplicar sobre el pedal de freno para conseguir que el vehículo se frene. Vulgarmente lo conocemos como ayuda de pedal, y en conceptos algo más técnicos lo podemos conocer como servofreno de vacío. En cualquier caso, es una gigantesca evolución sobre el sistema mecánico tradicional de freno, que durante el siglo XX –a principios- se empleaba en los automóviles.
El servofreno permite que la presión sobre el disco o los tambores de freno sea mayor con un menor esfuerzo por parte del conductor y sobre el pedal de freno.
¿Qué es, y cómo funciona el servofreno?
Es un sistema mecánico aplicado a la mecánica del freno que aprovecha el vacío en el colector de admisión para generar una desmultiplicación del esfuerzo que hace el conductor sobre el pedal del freno con su pie. Pero claro, esto ocurre en los vehículos gasolina, mientras que en los coches diésel no existe una mariposa que lo permita. Por tanto, en los vehículos diésel lo que se aprovecha es un depresor o una bomba de vacío para conseguir exactamente el mismo efecto.
El vacío que comentábamos anteriormente provoca una depresión sobre la cámara que funciona a modo de émbolo en el interior de la misma. De esta forma, cuando se abre una válvula al accionar el pedal de freno, se permite el paso de presión atmosférica al otro lado del émbolo para provocar su desplazamiento. Este mismo émbolo actúa a través de un vástago sobre el pistón de la bomba principal del freno hidráulico. Por tanto, en definitiva, lo que se produce tanto en frenos de tambor como de disco, es una fuerza de frenado mayor.
Si notas que el pedal de freno se endurece excesivamente, que al coche le cuesta frenar o que la distancia de frenado aumenta notablemente, puede que estés ante un síntoma de avería del servofreno. Reparar una avería de este tipo puede tener un precio de 350 a 400 euros, aproximadamente, más la mano de obra. La avería más habitual en el servofreno suele afectar al tubo de vacío, que se agrieta con el paso del tiempo y esto provoca que deje de hacer vacío. Es importante atender a este tipo de averías y fallos, porque el coche dejará de frenar con la eficacia que debería hacerlo en condiciones normales.