Lo que ocurre en el motor de un coche es la combustión de una mezcla de combustible y oxígeno. Esta combustión se produce en los cilindros, y para que el funcionamiento sea el que debe ser tiene que existir una compresión específica. La relación de compresión es la diferencia de volumen que existe entre la mezcla de aire y combustible al estar comprimida y cuando ya se ha detonado. Si existen problemas de compresión en el motor del coche, entonces habrá pérdidas de potencia y par –de rendimiento, en definitiva- y otras posibles anomalías.
¿Por qué ocurre?
Los problemas de compresión se producen por el deterioro en el sellado de la mecánica, por defectos o por fugas, entre otros posibles desencadenantes. Se puede considerar como una avería relevante. Problemas como una avería en la junta de la culata o el desgaste de los anillos del pistón o los cilindros pueden desencadenar en una pérdida de compresión del motor de nuestro coche. Pero además, también la mala instalación de las bujías, la obstrucción del filtro del aire, o del catalizador, también pueden producir una mala compresión. Incluso el desgaste del aceite del motor, o el uso de aceites de mala calidad, pueden dar lugar a una baja compresión.
Es importante conocer cuáles son los motivos por los que se pueden producir problemas de compresión en el motor de nuestro coche, porque lo habitual es que durante la conducción podamos notar los síntomas como la pérdida de potencia. Sin embargo, es más fácil detectar que está produciéndose una mala compresión en el motor que encontrar el motivo por el cual se está dando este problema. Es muy habitual que tenga su origen en una avería mecánica importante, y algo más complicada de identificar.
Cómo saber si le pasa a tu coche
Para detectar si el coche tiene problemas de compresión podemos identificar síntomas como, por ejemplo, una notable pérdida de potencia. Cuando la compresión del motor es demasiado baja, el rendimiento desciende de manera drástica. Así que, si notamos que el coche no es capaz de ofrecer el rendimiento que debiera, es bastante probable que se deba a un problema de compresión derivado de alguno de los problemas a los que hacíamos referencia en el apartado anterior.
Pero además, los problemas de compresión se pueden notar en cuestiones como, por ejemplo, el consumo de refrigerante del motor, una mayor producción de emisiones contaminantes por la falta de eficiencia de la mecánica, o un exceso de humo visible que sale del tubo de escape. Estos dos últimos tienen que ver con que cuando la compresión del motor no es la idónea, el combustible no se quema de la forma ideal. Por eso, también pueden ocurrir cosas como que el ralentí sea inestable, el coche haga vibraciones en parado o que existan problemas de arranque hasta el punto, en los casos más extremos, de que el coche se pueda apagar de manera indeseada.