Sí, el aire acondicionado del coche sí que gasta gasolina. O diésel, según el tipo de motor que tengas, y electricidad en el caso de un vehículo eléctrico. El gasto es de entre 0,2 litros y 1 litro de gasolina por cada 100 kilómetros, y se produce porque el aire acondicionado se basa en un compresor que va acoplado a la correa de accesorios del motor para poder funcionar.
El consumo de gasolina o diésel que hace el aire acondicionado del coche depende de varios factores: si la temperatura exterior es más elevada, o si utilizamos el sistema de aire acondicionado a una mayor potencia, entonces podremos llegar hasta un máximo de 1 litro cada 100 kilómetros, aproximadamente. Sin embargo, si usamos menos potencia o la temperatura exterior no es tan elevada, entonces podemos quedarnos en un consumo tan bajo como 0,2 litros de gasolina por cada 100 kilómetros.
Cuánta gasolina gasta el aire acondicionado y cómo reducir su consumo
Mientras que la calefacción del coche aprovecha el propio calor que genera el motor, y por tanto no supone consumo de combustible, el aire acondicionado sí aumenta el gasto de gasolina y diésel. Esto es porque para el funcionamiento del mismo hay que hacer actuar un compresor. Y el movimiento del compresor se consigue a partir de la correa de accesorios, que es la que aprovecha el movimiento del motor. Es decir, que el sistema de aire acondicionado implica un esfuerzo adicional para el motor del vehículo, y ese es el motivo por el que el consumo de gasolina aumenta cuando utilizamos el aire acondicionado en el coche. Pero además, también perdemos potencia.
Si queremos hacer que el sistema de aire acondicionado no nos implique tanto consumo de combustible, lo que podemos hacer es utilizar el botón de recirculación del aire. ¿Por qué? Porque este botón no toma el aire del exterior del vehículo para enfriarlo, sino que utiliza nuevamente el aire del interior y lo vuelve a enfriar. En tanto que este aire ya está previamente enfriado, como es evidente, se requerirá de un menor esfuerzo. De este modo, si hacemos que el aire acondicionado –o el climatizador- funcione a menos potencia, entonces el consumo de combustible se verá menos afectado por su funcionamiento.
En el caso de un coche eléctrico, como comentábamos anteriormente, la forma de funcionar del sistema de calefacción y de aire acondicionado es distinto. La calefacción se sirve de un sistema de resistencias, o bien de una bomba de calor. Los sistemas de resistencias son menos eficientes y consumen más energía eléctrica. Cada vez son más habituales los sistemas de bomba de calor, que también consumen energía eléctrica de la batería de tracción, pero menos. Además, el sistema de bomba eléctrica es el que sirve también para las funciones de aire acondicionado.