El tubo de escape de tu coche sirve para expulsar todos los gases que produce el motor del vehículo durante el proceso de combustión. Si se produce una avería en el tubo de escape lo vas a notar fácilmente porque el motor va a perder potencia, pero además lo podrás percibir porque se producirán fuertes ruidos cuando pisas el acelerador del coche y es muy probable que aumente el consumo. Esto es lo que pasa si se rompe el tubo de escape de tu coche, da igual si es gasolina, diésel o un híbrido.
El sistema de escape del vehículo es una parte crítica, así que una avería del tubo de escape es, sin duda, un problema importante para su funcionamiento. En tanto que se trata de una pieza fundamental de un coche gasolina o diésel, así como de los coches híbridos, si se rompe el tubo de escape vamos a notar que se producen ruidos fuertes al acelerar, aumenta el consumo del vehículo y además tendremos menos potencia. ¿Por qué ocurre todo esto? Entre otras cosas, porque una avería del tubo de escape provoca que pase más oxígeno al motor y, por tanto, los sensores que regulan el flujo de combustible hagan lecturas erráticas.
Qué pasa si sufres una avería del tubo de escape o se rompe
Si se rompe el tubo de escape, en tanto que el silenciador es una de las piezas clave de este sistema, notarás que el coche hace más ruido. El sistema de escape se encarga, entre otras cosas, de reducir el ruido que produce la expulsión de los gases de la combustión interna. Así que, si el tubo de escape está suelto, perforado o sufre algún otro tipo de avería, lo notarás porque hace mucho más ruido y, sobre todo, al acelerar el coche. Esto ocurre, especialmente, en los coches gasolina y en los híbridos.
Pero además de esto, de que vas a perder potencia y de que vas a notar que el coche consume más combustible, vas a tener un problema adicional y es que emitirá más partículas contaminantes. No lo vas a notar, pero esto va a ser un problema grave, sobre todo, para poder pasar la ITV. En la Inspección Técnica de Vehículos tienen los instrumentos necesarios para medir las emisiones contaminantes. Y si te pasas por allí con una avería en el tubo de escape, fácilmente la van a detectar porque tu coche no entrará dentro de los valores que debería.
Una avería del tubo de escape tiene diferentes soluciones posibles, en función de los componentes que se hayan visto afectados. Además, también será más o menos caro en función de dónde vayamos a repararlo. Sea como fuere, reparar un colector –por ejemplo- nos costará en torno a los 150 ó 200 euros, aproximadamente. Para este tipo de averías lo mejor es acudir un taller y que allí, directamente, se encarguen de ver dónde se han producido exactamente los daños de nuestro tubo de escape.