Salvo que vivas aislado del mundo, seguro que ya habrás visto que los paneles fotovoltaicos están extendiéndose a un ritmo vertiginoso. Si no las tienes tú, ya tendrás algún vecino con placas solares. Estamos en medio de una transición energética y el futuro pasa por las energías renovables, tanto la solar como la eólica. Pero ¿cuál es el enorme problema de la energía solar? Que por la noche no se produce, claro, y es cuando hace falta que existan baterías estacionarias. Vamos, que deberías ir preparándote porque en un futuro bastante próximo tu casa necesitará una batería que es muy, pero que muy parecida a la de un coche eléctrico.
La energía solar ya está ayudando a miles de personas a ahorrar dinero en la factura mensual de la luz, pero el problema es que durante la noche no se produce. Por eso, ya está perfectamente identificado el problema y la solución futura: acumular esta energía durante el día para poder seguir consumiéndola también cuando no hay una correcta exposición solar. Y no es que la vayas a necesitar solo tú, para tu casa y tu consumo, sino que estas baterías van a ser necesarias para la red eléctrica. De hecho, ya hay personas que han comenzado a instalarlas en sus casas. Veamos cómo son, qué ofrecen y cuánto cuestan las conocidas como baterías estacionarias domésticas o powerwall.
Qué es, qué ofrece y cuánto cuesta una batería estacionaria para casa
La que se muestra en las imágenes que acompañan a este artículo es la Tesla PowerWall. Es probablemente el modelo más popular, pero ni muchísimo menos es la única batería estacionaria doméstica que existe. Es un mercado que está creciendo, y a medida que va popularizándose el producto vamos viendo cada vez más opciones distintas que poder comprar. Y de momento, parece que uno de los aspectos clave está en que este tipo de baterías usen una química de tipo LFP. ¿Por qué? Porque es mucho más barata que otras químicas como NCA o NCM, aunque su densidad energética es evidentemente menor, y son muy seguras.
Tomando como referencia un PowerWall de Tesla, en una de estas baterías contamos con 13,5 kWh de capacidad de almacenamiento energético, aunque se pueden combinar hasta 9 baterías para nuestra casa. Mide 1,15 metros de largo por 75 cm de ancho y 15,5 cm de fondo. Tiene un peso de nada menos que 110 kg y entre sus prestaciones están 7 kW de potencia pico y 5 kW de potencia continua. Es un tipo de batería preparada para funcionar en un rango de temperaturas entre -20 ºC y 50 ºC; es decir, que están perfectamente diseñadas para que se puedan instalar en el exterior de la vivienda o en un garaje, por ejemplo.
La de Tesla no es barata, tiene un precio aproximado con instalación de 11.000 euros; no obstante, ya están llegando al mercado opciones alternativas con precios que rondan los 3.000 euros aproximadamente, y que además ofrecen más capacidad, en torno a 15 kWh. Y estos precios van a ir bajando progresivamente, pero la realidad es que ahora mismo no es un producto que tenga una demanda gigantesca. Sin embargo, a medida que vayan adoptándose cada vez más instalaciones solares, seguro que poco a poco iremos viendo cómo también se van instalando este tipo de baterías estacionarias para casa.
Pero ¿para qué sirven? Sencillamente, para hacer balance energético. Es decir, sirven como acumuladores de energía que se van cargando con la energía que proviene de las placas solares. Así, almacenamos la energía solar gratuita para poder utilizarla en caso de apagón, o cuando la energía tiene un precio más alto a través de la red eléctrica, o sencillamente cuando deja de haber exposición directa de la luz solar y entonces las placas solares no están produciendo la energía que necesita nuestra casa. Y por supuesto, en el futuro, serán necesarias para balancear la red eléctrica.