La próxima semana el Parlamento Europeo se reúne para decidir sobre los futuros objetivos de emisiones de CO2 por parte de los fabricantes de automóviles. Con una reducción propuesta de entre el 30% y el 50%, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) advierte que sin un mayor número de puntos de recarga y una distribución más uniforme, será imposible cumplir estos objetivos.
4 países aglutinan el 76% de los puntos de recarga disponible
En la actualidad, los puntos de recarga disponibles en la UE son de aproximadamente 100.000 en total. Los estudios calculan que para 2025, estos deberían llegar hasta los dos millones, lo que supone un aumento de veinte veces más en un periodo de escasamente siete años.
Mientras la Comisión Europea propone una reducción de las emisiones por parte de los fabricantes del 30%, el Parlamento va más allá y habla incluso del 50%. Los fabricantes, ante la imposibilidad de mejorar las emisiones de los motores de combustión hasta esos extremos, están obligados a aumentar las ventas de vehículos alternativos pero para ello es necesario que la infraestructura esté preparada para acoger tanto híbridos como eléctricos.
Así una reducción del 50% requeriría 700.000 nuevos puntos de recarga para vehículos eléctricos que se instalasen cada año a partir de ahora. Esto significaría un total de 8.4 millones de puntos de recarga nuevos en los próximos 12 años, o 84 veces más que los existentes hoy, un objetivo que es claramente irreal.
Por si esto fuera poco, un reciente estudio de la ACEA muestra que el 76% de los puntos de recarga actuales se concentran en sólo 4 países que cubren solo el 27% de la superficie total de la UE (Países Bajos, Alemania, Francia). y el Reino Unido). En el extremo opuesto tenemos por ejemplo Rumanía, con sólo 114 puntos de recarga, o el 0,1% del total de la UE.
«Los 28 estados miembros deben intensificar urgentemente sus esfuerzos para garantizar una red de recarga y reabastecimiento en toda la UE. Sin esto, los consumidores nunca estarán convencidos de cambiar a automóviles con carga eléctrica a gran escala«, dijo Jonnaert. «Necesitamos poder mostrarles a nuestros clientes que la disponibilidad de la infraestructura coincide con sus expectativas para poder viajar sin ansiedad».
«Dos cosas son muy claras«, explicó el Sr. Jonnaert. «Las futuras reducciones de CO2 dependen de mayores ventas de vehículos eléctricos, y las mayores ventas de vehículos eléctricos dependen de una densa red de infraestructura de carga. Por lo tanto, la legislación de CO2 debe establecer el vínculo entre estos dos elementos«.
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