Es cierto que Alemania ha presionado a Europa para que los motores térmicos sobrevivan pasado el año 2035, y es cierto que Europa ha cedido a esta presión a la que también se han sumado Italia, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y República Checa. Han dado su brazo a torcer y han abierto la puerta a que se vendan coches nuevos alimentados por efuels, carburantes sintéticos neutros en carbono. Y ha sido motivo de celebración para los que en redes sociales son tachados de ‘tali térmicos’, por oponerse al coche eléctrico de manera radical. Sin embargo, Renault les acaba de aguar la fiesta porque este cambio de rumbo en la normativa no llegará a ninguna parte.
Ha sido Luca de Meo, el CEO de Renault, el que ha lanzado el aviso dirigido directamente a Alemania de que en estos momentos ya toda la inversión de la industria del automóvil está centrada en la electrificación. El directivo de la marca francesa considera un error el intento de Alemania y algunos otros países europeos de salvar los motores térmicos para que sigan existiendo, en coches nuevos, más allá del año 2035. Y la cuestión no es que Luca de Meo, de forma personal, o Renault, como marca de coches, confíen o no en el potencial de los motores térmicos. Sencillamente, el directivo considera que este cambio ya no tiene vuelta atrás y la transición hacia el coche totalmente eléctrico es ya imparable. ¿Por qué? Precisamente porque la anterior presión incesante de Europa, como legislador, ya ha llevado a los fabricantes a invertir cantidades millonarias en este sentido.
Renault considera un error el intento alemán de ‘salvar los motores térmicos’ más allá del año 2035
Al directivo de Renault parece resultarle un esfuerzo innecesario y en la dirección equivocada. En declaraciones recientes ha señalado específicamente que no hay nadie en estos momentos, en Europa, que esté dedicando recursos a desarrollar un nuevo motor térmico desde cero. Y Luca de Meo no solo apunta a la tecnología eléctrica, sino que por supuesto reconoce que el resto del esfuerzo de la industria está dedicado ya al desarrollo del hidrógeno. Y efectivamente, marcas como Toyota y otras japonesas apuntan justo en este camino.
Aunque la propuesta europea pretende que todos los coches nuevos sean eléctricos desde 2035, o alimentados por hidrógeno, precisamente por contar con esa fecha clave hay multitud de fabricantes de automóviles que ya han declarado fechas anteriores para la desaparición de los térmicos puros y de los híbridos. Antes de que la normativa así lo exija, las marcas de coches están deshaciéndose de los diésel poco a poco, y han definido el año 2030 para completar su transición y vender solo eléctricos. Así lo ha confirmado ya anteriormente la misma Renault, que se ha adelantado 5 años a la norma europea.
Como comentábamos anteriormente, la cuestión no es lo que consideran las marcas europeas, sino que como ha destacado el directivo de Renault ‘el daño ya está hecho’ en la industria del automóvil y ya no hay vuelta atrás por los millonarios desembolsos que se han tenido que llevar a cabo. Las marcas se han tenido que transformar por completo para contar con nuevas plataformas específicas para coches eléctricos, nuevos proveedores de motores y de baterías eléctricas y nuevo personal que tenga las capacidades técnicas para desarrollar el complejo software que requieren los nuevos coches eléctricos.
Este giro en las decisiones de Europa habría tenido sentido hace años, cuando las marcas de coches pedían justo este cambio en el planteamiento de la futura norma porque todavía no se habían enfrentado, al menos de manera completa, a estas inversiones a las que hacemos referencia y a las que también se ha referido Luca de Meo. Pero este cambio llega tarde, y por mucho que se incluya en la normativa final, no llegará a nada porque la inversión en los motores térmicos prácticamente ha muerto por completo. Algunas marcas darán un último giro a sus mecánicas actuales para adaptarse a Euro 7, pero en ningún caso van a desarrollar nuevos motores térmicos compatibles con efuels.