Cuando se empezó a fabricar coches eléctricos, se creía que las baterías de este tipo de vehículos tendrían una vida limitada. Y por supuesto que tienen una vida limitada, pero están durando más de lo previsto. Eso es lo que dice Nic Thomas, ejecutivo de Nissan, recordando que la marca ya lleva más de una década vendiendo coches eléctricos y haciendo hincapié en que casi todas las baterías para coches eléctricos que se han fabricado siguen todavía ahí, en el coche en el que fueron instaladas por primera vez.
En ese momento, cuando se empezó a apostar por el coche eléctrico, había una preocupación y era qué se haría con estas baterías cuando fueran inútiles para los vehículos eléctricos para las que fueron desarrolladas. Sin embargo, Nissan lleva fabricando su Leaf eléctrico desde el año 2010 y la mayoría de ellas ahí siguen, en el coche en el que empezaron su vida útil. De hecho, ese es el motivo por el que la mayoría de las marcas de coches ofrecen una garantía de 7 u 8 años, porque tienen ya la certeza de que, afortunadamente, no se rompen ni degradan lo suficiente como para tener que cambiarlas.
Las baterías de los coches eléctricos no mueren, así que el problema del reciclaje sigue retrasándose
En un coche eléctrico hay más de 2.000 celdas independientes que están controladas por BMS; es decir, sistemas de administración de la batería que se encargan de que funcionen de forma eficiente y que trabajen de forma segura. En los coches eléctricos, este tipo de baterías están durando mucho más de lo que duran en teléfonos inteligentes, tablets, ordenadores portátiles y otros dispositivos tecnológicos de consumo. ¿Por qué? Uno de los grandes secretos está en un BMS mucho más sofisticado y, por supuesto, también en sistemas de refrigeración, en muchos casos, mucho más complejos.
El director de marketing de Nissan en Reino Unido asegura que la marca ‘tiene poco stock de baterías que puedan convertirse en otra cosa’ que no sea la fuente de alimentación de un coche eléctrico. Y esto es ‘todo lo contrario a lo que se temía’ cuando se lanzaron coches eléctricos por primera vez, que es que las baterías tendrían una vida útil muy limitada. Pero es que además, si la batería en 15 ó 20 años deja de ser útil para un coche eléctrico, se estima que puede mantener un 60% ó 70% de su capacidad de almacenamiento energético y, entonces, reutilizar la batería para otras cuestiones como, por ejemplo, el uso residencial.
De hecho, Nissan ha sacado de una pequeña cantidad de baterías de modelos Leaf para desarrollar un sistema de energía de respaldo para el Johan Cruijff Arena en Ámsterdam. Todas estas baterías provienen de modelos que han tenido que cambiar la batería en garantía o se han siniestrado, y son alimentadas por 4.200 placas solares. De momento, esta es la forma de reciclaje más habitual; que no es un reciclaje de baterías propiamente dicho, sino que más bien es una reutilización de las baterías que todavía conservan una capacidad de almacenamiento energético aprovechable.
Y esto es realmente interesante. Hace algo más de una década, cuando se empezó la apuesta por el coche eléctrico, se creía que durarían poco tiempo las baterías de estos vehículos. Ya estamos viendo que, de hecho, duran más las baterías que los propios coches. Y se creía que el reciclaje de las baterías sería un problema a corto plazo. Pero igualmente estamos viendo que el problema del reciclaje sigue posponiéndose, porque cuando la batería de un coche eléctrico ya no vale para el vehículo, mucho antes del reciclaje está la reutilización de estas baterías.