Ha costado algún tiempo, pero gracias a los modelos de Tesla, se ha demostrado que un coche eléctrico no es solo un vehículo con el que desplazarse con cero emisiones y a menos coste que con la gasolina, también pueden igualar las prestaciones de los modelos deportivos con motores de combustión, y, en según qué aspectos, pueden incluso mejorarlos.
El Porsche 911 es un modelo histórico por méritos propios
Desde Porsche no son ajenos a estas cosas, y pese a que la «electrificación» ya ha llegado a alguno de sus modelos, con versiones híbridas del Porsche Cayenne y el Porsche Panamera, todavía no existe ningún modelo totalmente eléctrico dentro de su gama de modelos, aunque podría llegar en un futuro para alguno de estos dos modelos, o puede que para ambos.
Eso si, el Porsche 911 es otra historia completamente distinta. El propio Thomas Wasserbach, que dirige al división de los motores boxer de Porsche, ha asegurado que el reto en un coche deportivo es el peso, y las baterías necesarias para dar una potencia a la altura del Porsche 911 serían demasiado pesadas. Por lo que por el momento, tan sólo ve viable una futura versión híbrida, pero con baterías ligeras, como las del Porsche 919 de Le Mans. El problema de estas baterías es el precio, que es demasiado elevado para que resultara realmente atractivo.
La plataforma actual del Porsche 911 no está diseñada para añadirle unas baterías, por ligeras que sean, por lo que esta versión híbrida llegaría con la próxima generación del 911. En este tiempo la marca alemana debería encontrar alguna solución para conseguir el mínimo peso posible sin que se dispare el precio final del producto.
Lo que si tienen claro es que por el momento no se plantean una versión completamente eléctrica, a no ser que la normativa les acabe obligando a ello. El Porsche 911 es un coche con esencia e historia propias, en las que se incluye el motor trasero de gasolina.