Varios fabricantes de automóviles ya habían adelantado que a finales de 2022 la situación, con respecto a la crisis de los microchips, debería estar totalmente resuelta o casi por completo. Así lo esperaba General Motors en los Estados Unidos, por ejemplo, pero parece que los pronósticos no han acertado. Contaban que en los últimos meses de este año la situación fuese casi normal, pero ahora mismo tienen 95.000 coches sin acabar, y estacionados, a la espera de que lleguen los semiconductores que necesitan.
Cada fabricante ha tomado una decisión distinta. Los hay que han reducido su producción para adaptarse a la oferta disponible de semiconductores. Los hay que han reducido su oferta de acabados y se han centrado en las versiones más rentables, y los hay que sencillamente se han anticipado a los problemas como es el caso de Hyundai y KIA. Pero también ha habido otras medidas distintas, como la de General Motors. La reconocida compañía estadounidense optó por mantener su ritmo y, sencillamente, ir almacenando coches ‘a medio hacer’, dejándolos a la espera de que llegasen a fábrica los semiconductores necesarios.
95.000 coches sin acabar y los pronósticos no son tan buenos como esperaban
Frente a las medidas de otros fabricantes de automóviles, como avanzábamos, General Motors ha optado por seguir fabricando coches al mismo ritmo que llevaban anteriormente. Pero los han estado almacenando en sus instalaciones, y los han estado dejando allí parados a la espera de microchips necesarios para tener el producto finalizado y poder entregarlo a los clientes. El problema en todo esto es que esperaban que el suministro de microchips se recuperase en los últimos meses de 2022, y desgraciadamente no está siendo así. O al menos no están en los niveles de suministro que tenían previsto.
Ahora mismo, General Motors tiene 95.000 coches sin acabar, aparcados, y a la espera de recibir los chips que necesitan para instalarlos y poder entregárselos a los clientes. En definitiva, han estado fabricando coches incompletos a la espera de poder terminarlos más adelante. Pero la recuperación del ritmo y volumen de suministro se está retrasando con respecto a lo previsto. Mary Barra, ejecutiva de General Motors, ha señalado que la situación no ha mejorado tan pronto como esperaban y que ahora mismo prevén que la crisis continúe hasta 2023.
Y en realidad, hay compañías que ya han dado una previsión aún peor. Una de las compañías más pesimistas en relación a este problema ha sido Intel. Y es una compañía que tiene bastante conocimiento del sector, porque se dedican específicamente al diseño, desarrollo y producción de semiconductores para todo tipo de producto. Y según las indicaciones de Intel, la crisis podría continuar hasta el año 2024.
Desde General Motors han pedido que la producción se extienda en los Estados Unidos y se abran nuevas plantas de producción de semiconductores. Y lo cierto es que la industria estadounidense, y también la europea, ya han tomado algunas medidas que apuntan precisamente en este sentido. Pero es algo que lleva tiempo y que, aunque no va a resolver la crisis de semiconductores actual, sí que debería garantizar que no vuelva a ocurrir algo similar en el futuro.