Llevábamos tiempo queriendo sentarnos en él y, finalmente, hemos pasado una semana con el Mitsubishi ASX. Es uno de los SUV más destacados en el mercado y, aunque en una categoría ligeramente superior, un duro rival para el Nissan Juke y el Opel Mokka, entre algunos otros. Lo cierto es que nos hemos quedado muy gratamente sorprendidos por el todocaminos de Mitsubishi.
Como antecedente teníamos la prueba del Opel Mokka en su versión de 136 cv, y en su contra jugaba la relación de marchas con una sexta velocidad que apenas se aprovecha. Por aquí vamos a empezar con el Mitsubishi ASX, por la excelente relación de marchas de su caja automática de seis velocidades que, sin duda, sorprende cómo exprime sus 114 caballos. Lo cierto es que parece que estamos ante un modelo de mayor potencia, y éste responde de una forma realmente destacable en cualquier situación.
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Los 114 cv del Mitsubishi ASX dan de sí más de lo esperado
Sobre el papel, y justo después de haber probado el Opel Mokka, ver una potencia de 114 cv para un Mitsubishi ASX más pesado se antojan cortos. Nada más lejos de la realidad porque, como ya explicábamos, la caja de cambios aprovecha hasta el más mínimo aliento de este motor que, hay que decirlo, presta un equilibrio admirable en todo el recorrido de la aguja. Ahora bien, lo cierto es que el motor no lo es todo, a pesar de que aquí haya ganado muchos puntos el SUV de Mitsubishi.
Una experiencia más que satisfactoria a casi todos los niveles
Cuando vemos un SUV de estas dimensiones y corte de diseño, lo primero que hacemos es pensar en un padre de familia como perfil perfecto de conductor. Efectivamente, en este sentido el Mitsubishi ASX cumple a la perfección en tanto que ofrece un amplio espacio en las plazas delanteras y traseras, sin problemas para llevar tres niños detrás, aunque aún algo pequeño para tres adultos. Y el maletero, sin duda, es más que suficiente para llevar el equipaje de cuatro personas, y gracias a la amplia boca de carga y el ‘suelo’ a nivel, no vamos a tener problema alguno para meter todo tipo de bultos y organizar nuestras maletas.
Un SUV ideal para largos recorridos
Después de haber hecho más de 600 kilómetros con gran cantidad de recorridos urbanos, el depósito del Mitsubishi ASX todavía no había necesitado echar mano de la reserva. Los consumos se han mantenido en 7 litros por recorridos mixtos, mientras que manteniéndonos en carretera hemos sido capaces de bajar hasta los sólo 4,6 litros a los cien. Sin duda, una gozada cuando queremos hacer largas distancias sin tener que estar parando a repostar.
Y no sólo es ideal para largos recorridos por este motivo, sino también por la comodidad en la conducción. En el acabado Kaiteki, el que hemos estado probando, tenemos reglajes eléctricos para ajustar al milímetro el asiento del conductor, y ajustes mecánicos en el asiento del acompañante que, aunque algo menos cómodos, permiten colocarnos exactamente como estamos buscando. No es esto lo único, sino que la clave está en que sus asientos de cuero tienen la dureza y forma idónea para pasar horas sentado sin molestia alguna.
Comportamiento dinámico… no demasiado dinámico
Estamos ante un SUV, y las dimensiones del Mitsubishi ASX ya no son nada despreciables. Aunque no deja de ser un todocaminos, el ASX no está pensado para desahogarnos pisando a fondo, ni nada por el estilo. Y si bien es cierto que el motor funciona con plena soltura en cualquier situación a pesar de sus sólo 114 caballos, nos muestra una suspensión algo blanda para circular por encima de los máximos, además de una dirección que no acompaña a los estímulos deportivos del conductor.
Por lo tanto, si buscas ‘vibrar’ en el asfalto, es mejor que pienses en un SUV algo más recortado y rígido, como el Nissan Juke, porque este Mitsubishi ASX está más enfocado a hacer las delicias de quienes buscan confort y espacio, comodidad a todos los niveles.
Lo mejor y lo peor del Mitsubishi ASX
Centrándonos en los detalles más positivos, sin duda hay que volver a destacar la excelente caja de cambios, concretamente la relación de marchas que se encarga de hacernos olvidar que estamos ante tan solo 114 cv diésel. Además, el interior es uno de los fuertes de este Kaiteki con buenos materiales y buen tacto, a pesar de unos plásticos algo duros en el salpicadero. El techo panorámico, que más bien lo disfrutan en las plazas traseras, es todo un capricho que deberíamos valorar en la compra del ASX, aunque hay algunos aspectos mucho más interesantes, como los ajustes eléctricos del asiento del conductor. Un aspecto que sorprende, simplemente porque no se espera del Mitsubishi ASX, es el excelente sistema de sonido que incorpora, y que viene apoyado en cuatro woofers, dos tweeter y un subwoofer en el maletero.
A todo este atractivo conjunto, no obstante, le resta puntos un sistema de infoentretenimiento algo anticuado, limitado en opciones y con una calidad de imagen mejorable. Evidentemente, no todo podía ser perfecto en el Mitsubishi ASX, y nos hemos encontrado con puntos mejorables como un embrague demasiado ‘duro’ y corto, así como un sensor trasero de aparcamiento que, a diferencia de algunos de sus competidores más directos, no nos ofrece guías de trayectoria para facilitar las maniobras.