Hemos pasado disfrutado una semana con el Hyundai i30 5P CRDI 1.6 136 CV DT STYLE, un diésel automático y potente que, por su diseño y prestaciones, se presenta como interesante compacto. Un primer vistazo a este modelo te hace cerrar los ojos e imaginarte apoyado en los laterales del asiento y tanteando el acelerador. Pero, espera, no tan deprisa… estas son las conclusiones que hemos sacado de la prueba con el Hyundai i30.
Diésel, con un motor de 136 cv y un diseño muy atractivo en la gama de compactos. El Hyundai i30, como adelantábamos, tiene un diseño muy llamativo que, aunque se mantiene desde hace años, se retocó ligeramente para introducir, entre otros pequeños detalles, un nuevo paragolpes trasero. Ahora bien, con su interior hablamos exactamente en los mismos términos, una estética que se mantiene intacta, pero que lo hace porque convence.
Un interior cómodo, atractivo y de calidad. Así es el Hyundai i30
Lo primero que encontramos en este compacto es un asiento cómodo con una forma diseñada para sujetarnos de firmemente en las curvas, pero sin pensar en que estamos sentados en un deportivo. Calidades correctas en todos los plásticos, especialmente en los situados en la parte posterior y más a la vista. En cuanto al sistema de navegación y multimedia, prácticamente todo lo podemos utilizar mediante la pantalla táctil de excelente precisión, y contamos con conectividad Bluetooth, USB y AUX para poner fácilmente la música de nuestro móvil en el equipo del coche, con un sonido excelente.
El ancho en el interior permite que dos adultos viajen de forma perfecta manteniendo una amplia distancia, y si vamos a la parte posterior nos vamos a encontrar con gran espacio para las rodillas y unos asientos cómodos, aunque nunca es recomendable recorrer largas distancias haciendo uso más que de cuatro plazas, lo que no quiere decir que sea perfectamente posible. Y por supuesto, en esta versión hemos disfrutado del techo panorámico, de grandes dimensiones, para conducir disfrutando del aire fresco.
Cambio automático de 7 velocidades y doble embrague
Hyundai ha trabajado en el desarrollo de su propio cambio automático con 7 velocidades para introducirlo en este modelo de 136 cv de potencia. El mayor problema que vamos a encontrar son consumos elevados con respecto al manejo manual del vehículo, y hablamos de en torno a 1 litro más por cada 100 kilómetros en la mayoría de situaciones. Dejando que el coche cambie de velocidad cuando lo cree conveniente, nos encontramos con una muy buena respuesta y correcta velocidad para la reducción cuando necesitamos un pequeño reprís. Sin embargo, lo que penaliza a este cambio de 7 velocidades es que, con demasiada facilidad, estaremos circulando en la marcha larga, la séptima.
Aunque en carretera nos va a ayudar a ahorrar combustible, lo cierto es que en recorridos mayoritariamente urbanos no es lo que más nos conviene circular en la marcha más larga. Por lo tanto, si queremos ajustar consumos y estar por debajo de los 7,5 litros, lo mejor es que pasemos al cambio secuencial. Del mismo modo, también para carreteras de montaña, donde es realmente divertido jugar con el joystick de cambio, de muy corto recorrido.
Perfecto para conducir… y disfrutar haciéndolo
No hay otra forma de describir el Hyundai i30. Aunque su aspecto nos lleva a pensar que estamos ante un compacto con carácter, realmente estamos ante un compacto viajero al que le sientan perfectamente las rutas de larga distancia. El comportamiento dinámico de este modelo es realmente excelente, y es que tenemos una velocidad punta de 200 km/h marcada por la hoja técnica que difícilmente vamos a alcanzar, pero el Hyundai i30 se siente perfectamente cómodo hasta los 160 km/h. Es aquí donde realmente saca la cabeza el compacto de Hyundai, en carreteras y largos recorridos donde podemos dejar que entre la séptima velocidad, circular a cualquier velocidad y disfrutar de la máxima estabilidad.
El problema está cuando vamos a carreteras relativamente rápidas y con curvas más pronunciadas. Y es que, teniendo en cuenta que hablamos de un compacto de corte urbano, la suspensión es algo menos firme de lo deseable para el que quiera abandonar la autopista y pasar un buen rato. Aunque tenemos una adaptación electrónica de la dirección en el «modo deportivo», la dureza de la suspensión no responde a esta dirección tan precisa.