Toda Europa está inclinándose poco a poco hacia los coches eléctricos y, por el camino, están poniendo trabas a los vehículos más contaminantes de una u otra forma. Esto es lo que ha hecho que el nuevo Ford Mustang llegue con menos potencia, o que el Toyota GR 86 y el Subaru BRZ directamente se tengan que retirar del mercado. Pero nos deja un caso realmente llamativo con otro modelo de la marca japonesa con más ventas a nivel mundial: en Francia, nuestro país vecino, un Toyota GR Yaris ya cuesta más de 100.000 euros. Y la culpa la tiene un brutal impuesto de 60.000 euros que hace que su precio se dispare de una forma increíble.
Para el Toyota GR Yaris, la marca japonesa optó por combinar la plataforma del Yaris y la del Corolla, lo que explica que a nivel dinámico sea radicalmente distinto a un Yaris Hybrid normal en combinación con un motor de tres cilindros que alcanza los 261 CV de potencia máxima. La versión más radical de este modelo ya tiene un precio de 46.300 euros de base, después de haber recibido su último restyling. Y ya es un precio desorbitado si tenemos en cuenta que justo antes del restyling costaba 37.400 euros. Pero vamos, que la cosa se ha vuelto todavía más insostenible con el impuesto de 60.000 euros que hay que pagar por él, y que hace que supere los 100.000 euros comprado en un concesionario francés.
En Francia, comprar un Toyota GR Yaris en concesionario ya cuesta más de 100.000 euros por un brutal impuesto de 60.000 euros a los coches más contaminantes
En Francia, desde el año 2020 se viene aplicando un desorbitado impuesto de matriculación que alcanzaba ya los 20.000 euros adicionales para vehículos con más de 212 g/km de CO2. Ahora bien, este impuesto de matriculación se ha seguido subiendo en los años siguientes, y a día de hoy se empieza a penalizar a partir de un menor valor de emisiones de dióxido de carbono y, además, las penalizaciones son mucho más fuertes. En 2020 la penalización arrancaba desde los 138 g/km de CO2, y ahora las penalizaciones parten desde los 118 g/km de CO2, con un importe mínimo de 50 euros en concepto de impuesto de matriculación.
Hasta ahí, relativamente bien. Pero es que en caso de que se superen los 193 g/km de CO2, o se igualen, el impuesto de matriculación alcanza los 60.000 euros. Y como probablemente habrás supuesto, es el caso del Toyota GR Yaris, y es lo que explica que pueda costar más de 100.000 euros en los concesionarios franceses. En el caso de la versión con cambio manual no, porque emite 190 g/km de CO2 y se queda en el límite antes de llegar al importe máximo. Sin embargo, la versión con cambio automático ya llega hasta los 210 g/km de CO2 según el ciclo de homologación WLTP, y eso le lleva a estar sujeto a 60.000 euros extra por el impuesto de matriculación.
La versión con cambio manual tiene un precio de 46.300 euros y está sujeto a un impuesto de 45.990 euros en base a sus emisiones de CO2, de modo que su precio final llega a 92.290 euros. Sin embargo, la configuración con cambio automático, que ya de base tiene un precio de 48.800 euros, está sujeta al importe máximo del impuesto de matriculación por sus emisiones. Es decir, en esta configuración hay que sumarle 60.000 euros a su precio, de modo que se queda en 108.800 euros de precio final. Y lo más curioso es que Toyota debe mantener algún tipo de confianza en que alguien, a pesar de ello, se lo vaya a comprar. Sencillamente, porque han reservado 300 unidades para el mercado francés.
En Francia, no solo se grava de una forma exagerada los vehículos contaminantes, sino que además también hay un impuesto al peso de los vehículos nuevos. Todos aquellos vehículos que están por encima de los 1.800 kg están sujetos al pago de 10 euros más por cada kg extra. Y todo esto, evidentemente, no son más que medidas para desincentivar la compra de cierto tipo de vehículos en línea con lo que, poco a poco, va exigiendo Europa. No obstante, es verdad que en Francia son bastante más exagerados que en España, donde el sobrecoste puede llegar a ser de un 14,75% de impuesto sobre el precio del vehículo en caso de que se lleguen a superar los 200 g/km de CO2.