Se llama Cyrusher Kommoda y encajarla en una categoría específica es difícil, porque tiene un cuadro bajo de aluminio tipo paseo, pero al mismo tiempo lo combina con un sistema de doble suspensión que, como verás, en la parte delantera tiene una horquilla tipo moto. Así que con esto, y sus neumáticos de 4 pulgadas de formato muy grueso, y resistentes a pinchazos, tiene tintes también de bicicleta de descenso. Pero por supuesto que no lo es, y está más bien enfocada a ser práctica y a convertirse en el vehículo de movilidad personal del día a día con unas prestaciones extraordinarias.
Esta bicicleta eléctrica tiene un motor eléctrico sin escobillas de 1.000 W de potencia máxima, que va conectado a una batería de 48 V y 14 Ah, de modo que puede prestar una autonomía de 80 kilómetros. Con una potencia tan elevada y una entrega de par motor máximo de 80 Nm, aunque es una bicicleta eléctrica de formato más bien compacto y rueda pequeña, tiene prestaciones suficientes para enfrentarse a cualquier pendiente. De hecho, el que tenga tanta potencia explica que la autonomía no llegue a los 100 kilómetros, por ejemplo, o incluso más. Esta batería, por cierto, tiene certificación IP65 que garantiza un grado bastante elevado de resistencia tanto al agua como al polvo, y va integrada directamente en el cuadro y con protección mediante bloqueo por llave.
Así es la Cyrusher Kommoda, una práctica bicicleta eléctrica de paseo con mucha potencia y una suspensión brutal
Todo el sistema eléctrico de la bicicleta se controla desde una pantalla LCD de 3,7 pulgadas de diagonal y a color. Desde aquí también se puede controlar la luz LED delantera y trasera y los modos de conducción, que son los que regulan el nivel de asistencia eléctrica. En tanto que no es una bicicleta eléctrica diseñada para Europa, viene también con un acelerador tipo gatillo, que evidentemente habría que quitar para poder circular de forma legal en España. Pero sin lugar a dudas su punto fuerte está en el sistema de suspensión.
Para la parte delantera, una horquilla Oil & Spring con ajuste, y para la parte trasera un amortiguador de muelle que cierran el conjunto con un sistema de frenos de disco hidráulicos de 180 mm delante y 203 mm detrás, y una transmisión Shimano TX50-R con siete velocidades. Tanto la horquilla delantera como el manillar son sobredimensionados, dando el aspecto mucho más cercano a una moto que a una bicicleta convencional, y mejorando el control en la conducción si se va a salir del asfalto.
Otro detalle interesante de esta bicicleta eléctrica, que viene equipada de serie con pata de cabra anclada en la parte posterior, es que en la parte trasera tiene también una estructura sobredimensionada de carga. Delante no se pueden equipar accesorios de carga, pero en la parte trasera se ha optado por un diseño más grande de lo habitual para poder llevar cualquier tipo de bulto. Ahora bien, todo esto tiene un precio y no es una bicicleta especialmente económica, porque está disponible por 2.299 euros.
Hay pocas bicicletas eléctricas en el mercado que se parezcan a esta. Con un sistema de suspensión tan bueno, casi como el de una bicicleta de descenso, además de unos neumáticos muy anchos y resistentes. Pero al mismo tiempo con un sillín tipo confort, un cuadro bajo de paseo también enfocado al confort y una parte eléctrica con unas prestaciones muy altas. Quizá lo único que se le podría haber pedido es algo más de autonomía, pero la realidad es que 80 kilómetros son más que suficientes para casi cualquier usuario.