El caudalímetro de tu coche es un pequeño sensor que mide la cantidad de aire que entra al colector de admisión y envía dicha información a la centralita del motor. Se analiza y, según los ajustes del vehículo, se ajusta la inyección de combustible a los cilindros para una óptima combustión. El caudalímetro se suele alojar en el tubo de admisión, junto al sensor de temperatura del aire espirado, y es una pieza crítica para reducir las emisiones contaminantes y ahorrar combustible. Y esto son los síntomas de avería del caudalímetro que se dan con más frecuencia.
Los síntomas de avería del caudalímetro más habituales se pueden percibir por una notable pérdida de potencia o de rendimiento, pero también con vibraciones al ralentí o un funcionamiento irregular del motor. Pero además de estos dos, hay otros síntomas típicos que pueden estar avisándonos de una avería: puede que en el cuadro de instrumentos se encienda el testigo de fallo motor, o que sencillamente notemos que sale humo negro, y con una densidad notablemente elevada, del tubo de escape de nuestro coche.
Síntomas de que el caudalímetro de tu coche sufre una avería o un fallo
Cuando se produce una avería en el caudalímetro, el coche sigue funcionando, pero lo hace con algunas limitaciones. Empieza a hacerlo en ‘modo emergencia’, y eso quiere decir que se limita la presión del sistema de sobrealimentación. Por eso, al cambiar por completo la combustión, tenemos síntomas como la ya nombrada pérdida de potencia, o ese humo oscuro, o incluso negro y denso, que sale del tubo de escape. Y es recomendable proceder a resolver la avería cuanto antes, porque estaremos gastando combustible de más y el motor no estará funcionando de la forma más eficiente posible. Puede dar lugar a otros fallos.
La cuestión es que el caudalímetro del coche no se puede reparar, sino que la única opción posible es sustituir el componente. Para evitar sus averías hay que prestar atención a que el filtro del aire se mantenga en buen estado, no manipular bajo ningún concepto el sensor MAF y utilizar aceites lubricantes de correcta calidad. Con estos sencillos consejos, el caudalímetro debería tener una larga vida útil y no sufrir fallos y averías que nos obliguen a tener que sustituirlo. No obstante, la humedad –en zonas costeras, por ejemplo- puede hacer también que el caudalímetro acabe estropeándose de forma prematura.
El coste de sustituir el caudalímetro del coche puede ir desde 100 a 500 euros, en función de la marca y modelo, y del tipo de caudalímetro que necesite. No es una reparación especialmente barata, pero tal y como comentábamos es importante que esté en buen estado. Además de que aumentará el consumo, el ineficiente funcionamiento del motor, y las vibraciones, pueden acabar causando otro tipo de problemas en la mecánica de nuestro coche si tenemos el caudalímetro averiado.