Las autopistas de peaje nos permiten viajar más rápido, más seguros y con menos tráfico. Pero este tipo de autopistas tienen una particularidad evidente, y es que tienen un peaje que hay que pagar y que, de normal, nos obligar a parar durante al menos unos segundos. Con el telepeaje nos ahorramos los enormes atascos que provocan las salidas masivas de las ciudades en fechas como el 12 de octubre, el 1 de noviembre o los festivos de los días 6 y 8 de diciembre.
El telepeaje es un sistema que permite hacer el pago automático; es decir, se trata de un dispositivo que hace el pago sin tener que parar y, además, permitiéndonos un importante ahorro de dinero al mes, o a lo largo del año.
El telepeaje es un dispositivo que permite el pago electrónico de los peajes; para los usuarios que cuentan con este dispositivo –y este servicio- hay un carril específico que está a la izquierda, o a la derecha de los peajes, que se identifica con el cartel «T» y que permite el paso sin tener que parar. A día de hoy, más de un 50% de los usuarios de las autopistas de peaje utiliza el sistema de pago mediante telepeaje mientras que menos de un 18% paga en efectivo, y poco más de un 30% hace el pago con tarjeta.
¿Merece la pena?
El telepeaje está pensado para usuarios recurrentes de las autopistas de peaje. Una de las grandes ventajas es que permite el pago sin detenerse, a una velocidad de hasta 40 km/h. Pero además, los usuarios con telepeaje tienen multitud de descuentos en muchas autopistas, y es una forma de evitar los atascos en los carriles de pago manual y los de tarjeta. El sistema de telepeaje sirve para el acceso y el pago en muchos aparcamientos públicos, que es otra ventaja interesante, y además es una buena forma de llevar un control de uso y coste de las autopistas de peaje tanto para particulares como para autónomos y empresas, sobre todo a nivel de facturación.
Los dispositivos Via-T, de telepeaje, son especialmente útiles en fechas en las que hay un gran tráfico de salida de los grandes núcleos de población –las ciudades, vaya-. En fechas de vacaciones de invierno y de verano y, por supuesto, en festivos nacionales como el 12 de octubre, el 1 de noviembre o el día 6 de enero. Porque permiten el uso de las autopistas de peaje de una forma más cómoda y rápida, sin tener que buscar el dinero –o la tarjeta- en el coche, sin tener que sacar el ticket y, por supuesto, sin tener que hacer colas. Ni siquiera hace falta tener que parar el coche cuando pasamos por un peaje.