Se trata de un problema endémico que sufren muchos usuarios en sus vehículos y que posee una difícil explicación. Os vamos a dar algunos puntos clave sobre las pastillas de freno y así ofrecer un poco de luz con respecto a este problema que en algunas situaciones puede llegar a ser muy molesto.
De entrada hay que diferenciar la situación que vamos a tratar, ya que estas pueden sonar cuando estén excesivamente desgastadas o bien el disco de freno esté deformado.
Pero nuestra situación hace referencias a pastillas de freno nuevas o con pocos kilómetros que suenan (o chirrían) al frenar.
Punto de partida: la resina fenólica
No vamos a entrar en detalles químicos, pero a grandes rasgos se puede decir que se trata de un componente que se encarga de fijar los materiales que componen las pastillas de freno y crear un bloque resistente al desgaste mecánico y químico.
Si tomamos como símil la construcción, podríamos decir que esta es una clase de cemento.
Al igual que sucede con los neumáticos, al colocar unas pastillas de freno nuevas debemos someter este material a un proceso de «curado» para eliminar una primera capa y que posteriormente las pastillas rindan de forma adecuada.
¿Por qué suenan las pastillas de freno?
Una vez que nos hemos puesto en antecedentes estamos en condiciones de dar contestaciones a este problema que está provocado principalmente por tres condicionantes.
Cristalización de la resina fenólica
No existe un periodo concreto de rodaje de las pastillas de freno, pero expertos en mecánica suelen recomendar entre 500 y 1.000 kilómetros. Si durante este periodo se somete la pastillas a situaciones de estrés excesivas al final sobrecalentaremos la resina (cocemos la pastilla de freno) y el resultado será el de la cristalización de este material.
Este fenómenos crea una película que es la que entra en contacto con el disco de freno y que provoca este sonido tan peculiar. Se pueden identificar de forma sencilla, ya que adquieren un color blanquecino.
Con respecto a la solución, hay que decir que el paso del tiempo no resuelve el problema, y si no queremos comprar otras le mejor solución es desmontarlas y someterlas a un pequeño lijado para eliminar esta fina capa.
Fabricación defectuosa
Además de la resina, las pastillas de freno están formadas por materiales férricos. Cada fabricante tienen su composición particular pero deben encontrarse dentro de un límites. Al no disponer de ventilación, las propias pastillas deben actuar a modo de disipador para evacuar el calor generado, de ahí que se opte por estos elementos.
Un exceso de alguno de los materiales férricos también provocaría la aparición de este sonido, no repercutiendo de forma negativa en la efectividad del frenado.
Si esto sucede, en los talleres no presentan ninguna objeción a que se realice una sustitución de las pastillas de freno por otras.
Pastillas de freno baratas
Al igual que con las lámparas halógenas, optar por una solución económica nos permitirá ahorrarnos cierta cantidad de dinero. Sin embargo, es probable que el dinero ahorrado posteriormente nos lo tengamos que gastar para adquirir otras.
Las soluciones más baratas del mercado acostumbran a padecer este problema que además puede aparecer fuera del periodo de rodaje, ya que las resinas utilizadas no son de calidad y al final el cristalizamiento siempre acaba pareciendo.