Evidentemente, sí, hay multa por aparcar en minusválidos, porque este tipo de plazas de aparcamiento están reservadas para personas con movilidad reducida. De hecho, es necesario contar con la correspondiente tarjeta de movilidad reducida para poder aparcar en este tipo de plazas. Incumplir la norma, y dejar nuestro coche en minusválidos, está considerado como una sanción grave y conlleva la multa de 200 euros.
Las plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida están ubicadas en puntos estratégicos, cerca de sitios concretos y diseñadas con un mayor tamaño. Sus dimensiones son más grandes porque, además de que un conducir con movilidad reducida tiene más dificultades para subirse y bajarse del coche, también se requiere de más espacio. Por las particularidades de los vehículos adaptados o, sencillamente, porque los elementos ortopédicos hacen que sea imprescindible contar con más espacio. Por eso, para la utilización de este tipo de plazas de aparcamiento hay que contar con la tarjeta de movilidad reducida.
Es una infracción grave, así que te costará 200 euros
Aunque conocemos popularmente este tipo de aparcamientos reservados como ‘plazas de minusválidos’, realmente son plazas reservadas para personas con movilidad reducida. Y si las utilizamos sin la debida tarjeta –de fondo azul, con una imagen de un individuo en silla de ruedas-, entonces nos enfrentamos a una multa de 200 euros por una infracción grave. Eso sí, puede ser de 100 euros si nos acogemos al pronto pago, durante 15 días, con una bonificación del 50% en el importe de la multa. Pero sin opción de poder recurrirla una vez que esté pagado.
Además de esto, es posible que la grúa se lleve nuestro coche para evitar que obstaculice el paso y la utilización por parte de los usuarios autorizados. Por aparcar en minusválidos hay multa, pero no se retiran puntos del carnet de conducir. Se aplican exactamente las mismas medidas que en las zonas de aparcamiento reservadas para carga y descarga. Y se procede de la misma manera que si aparcamos en una zona prohibida, o si dejamos nuestro coche estacionado encima de la acera.
Es fácil identificar una plaza de aparcamiento reservada para minusválidos porque, aunque en ocasiones se representan de formas diferentes, lo habitual es que tengan el fondo azul y, sobre el mismo, una figura de un individuo en silla de ruedas de color blanco. Este tipo de plazas de aparcamiento están en la vía pública, en cualquier ciudad, pero también en determinados lugares privados como, por ejemplo, centros comerciales.