Por qué no es bueno apagar el motor del coche «de golpe»

motor caliente coche (1)

En la actualidad, la mayor parte de los coches tienen un motor turboalimentado; solo quedan algunos de aspiración natural reservados para coches pequeños de escasa potencia, o para algunos deportivos muy puristas. Este componente mecánico, el turbo, consigue unas mayores prestaciones y un menor consumo. Sin embargo, son mecánicas muy sensibles a los cambios de temperatura. Es crítico respetar las fases de calentamiento y refrigeración. Te explicamos por qué no es bueno apagar el motor del coche «de golpe», y cómo deberías hacerlo.

Cuando se arranca el vehículo, en el caso de los motores turbo, se debería arrancar y dejar un minuto al ralentí, hasta que el motor alcance una temperatura mínima para empezar a funcionar. A partir de aquí, lo más recomendable es no revolucionar demasiado el motor e ir acelerando de manera progresiva hasta que la mecánica alcance la temperatura idónea de funcionamiento. Esto hace que se reduzca el desgaste, y tenga tiempo de mover el líquido refrigerante y calentar el aceite del motor. Esta es la que denominaríamos la fase de calentamiento del motor, y es importante respetarla para que la vida útil del motor sea lo más larga posible.

Así debes hacerlo para evitar averías

Cuando hemos hecho un trayecto de largo recorrido; o sencillamente un desplazamiento en el que el motor ha llegado a alcanzar una alta temperatura, hay que evitar apagar el motor de golpe. Lo habitual es que el conductor pare y apague el motor directamente, pero si se hace de esta forma es fácil que acabemos sufriendo una avería del turbo que nos puede costar varios miles de euros. A esto es a lo que llamamos apagar el motor de golpe, y es lo que tenemos que evitar hacer con nuestro coche.

Lo que debemos hacer es parar y esperar dejando el motor encendido durante unos dos minutos. Durante este tiempo, sencillamente dejaremos el motor al ralentí para que el aceite lubrique el turbo y la mecánica reduzca su temperatura en este tiempo. Esto es importante, más que para el motor del coche, para el turbo del vehículo. ¿Por qué? Porque al apagar el motor la turbina del turbocompresor sigue girando, pero sin la lubricación que necesita para ello. Así que, si hacemos esto de manera recurrente, los rodamientos sufren y podemos acabar teniendo una avería importante.

Así que es importante, cuando hacemos un desplazamiento en el que el motor ha llegado a una alta temperatura, que evitemos parar el motor de golpe. Es mucho mejor parar y esperar durante un tiempo de, como mínimo, un minuto. De este modo le daremos tiempo suficiente para que se estabilice la temperatura del motor. Y a que, durante este proceso, el turbo siga estando correctamente lubricado para que los rodamientos de la turbina no sufran.

Si lo hacemos de esta manera vamos a minimizar el desgaste de diferentes componentes. Y aunque esto no se va a notar a corto plazo, a medida que vayamos haciendo más kilómetros veremos cómo el motor del coche envejece mejor. Si seguimos estas buenas prácticas vamos a conseguir que el motor de nuestro coche dure más años y más kilómetros sin sufrir averías que nos pueden costar bastante dinero.