CATL es el mayor fabricante de baterías para coches eléctricos en China, y uno de los principales proveedores a nivel internacional. Entre sus muchos proyectos de investigación y desarrollo, uno de sus últimos hallazgos está en las baterías LFP. Estas se han convertido en las preferidas de la industria del vehículo eléctrico, pero CATL ha conseguido que sean aún mejores, con un 20% más de autonomía que las que se están instalando en la actualidad.
Las baterías LFP se han convertido en las favoritas de la industria del vehículo eléctrico. ¿Por qué? Porque son baterías más baratas, con unas prestaciones correctas, más seguras y con una vida útil extensa. Pero tienen un gran inconveniente, y es que ofrecen una densidad energética gravimétrica inferior a las baterías con químicas como las NCA o las NCM. Precisamente por eso, las baterías LFP tienden a ser usadas en coches eléctricos más baratos, de gran volumen, y las NCA/NCM son la opción favorita para eléctricos con mejores prestaciones. CATL lo ha cambiado todo.
Baterías LFP con manganeso, la idea de CATL para mejorar un 20% su autonomía
La innovación viene de parte de CATL, como ya comentábamos, y se basa en algo tan relativamente sencillo como es añadir manganeso a la química habitual de las baterías LFP. Estas baterías, a fin de cuentas, son baterías de iones de litio basadas en hierro. Y el resultado de añadir manganeso a la fórmula es un aumento de voltaje desde los 3,2 V habituales hasta 4,1 V. Para el usuario, la gran mejora está en que esto implica aumentar la densidad energía un 20%, aproximadamente, hasta llegar a los 230 Wh/kg.
Para que nos hagamos una idea, esto significa que las baterías LFP estén, en términos de densidad energética, mucho más cerca de las baterías con química NCM. Además, el manganeso es un material barato y abundante, frente a composiciones químicas alternativas que son más costosas por la escasez de los materiales utilizados. En definitiva, son baterías con un coste de producción muy cercano al de las baterías LFP, que destacan por ser especialmente baratas, pero con unas prestaciones que están más cercanas a las de una batería de tipo NCM.
Esta nueva química para baterías de iones de litio se denomina LMFP. Y aunque CATL no es la única empresa que ha estado investigando en torno a esta composición, lo que sí es cierto es que no todas han llegado a especificaciones técnicas tan interesantes como las que puede ofrecer CATL. Por otro lado, CATL sí que es capaz de llevar a producción masiva este desarrollo químico, y otras compañías no se han podido permitir sacar del laboratorio esta innovadora química para baterías de coches eléctricos.
Según las indicaciones de CATL, estas baterías estarán listas para producirse en masa desde finales de 2022 en adelante. Y prometen ofrecer una autonomía teórica, aplicada a coches eléctricos de producción, de en torno a los 600 kilómetros. De nuevo, para poner en contexto los datos, un Tesla Model 3 RWD con batería de tipo LFP es capaz de ofrecer tan solo 430 kilómetros con una carga completa de su batería. Así que, efectivamente, esta nueva química de batería para coches eléctricos supone una mejora sustancial con respecto a las baterías LFP que se han estado utilizando hasta la fecha.