Aunque parecían más inclinados hacia los vehículos de hidrógeno, en Toyota han cambiado de opinión y ahora parecen centrados de lleno en el desarrollo de coches eléctricos. Lo que mucha gente no sabía es que la marca japonesa lleva años registrando patentes en relación a su tecnología de baterías de estado sólido y, al parecer, llevan su desarrollo más avanzado que sus competidores. Hace poco tiempo revelaron cuáles son sus planes para los próximos años, y ya han avanzado que están preparando eléctricos con 1.200 km de autonomía gracias a estas nuevas baterías con electrolito sólido. Además, cargarán en 10 minutos según los datos que han avanzado.

Eso sí, la última información, como cabía esperar, desvela que la marca japonesa no usará esta tecnología en todos sus coches eléctricos. Al menos en el arranque del despliegue de sus baterías de estado sólido la producción será limitada, y el plan que tiene Toyota es ofrecer una batería de estado sólido en tan solo 10.000 unidades de un nuevo modelo que se basará en el prototipo Lexus Electrified Sport Concept. Que, por cierto, está llamado a ser el sucesor del Lexus LFA.

Toyota solo tendrá 10.000 coches eléctricos con batería de estado sólido para el año 2030, y este será el modelo que estrene la tecnología

A través de The Drive hemos podido saber que Toyota solo tendrá 10.000 unidades disponibles de coches eléctricos con batería de estado sólido para el año 2030, y que estas unidades de tecnología de batería de última generación estarán reservadas para la versión final de producción del Lexux Electrified Sport Concept. Que tal y como te iba comentando, será el sucesor del Lexus LFA. Así que, como es evidente, con esta tecnología no van ni mucho menos a revolucionar el sector del coche eléctrico en sus primeros años, sino que más bien será una tecnología reservada para apenas unos pocos con la suerte de poder comprar este tipo de vehículo deportivo.

La información avanzada revela que este deportivo tendrá 700 km de autonomía únicamente en una primera versión, aunque en una revisión con algunas mejoras podrá dar hasta 1.400 km de autonomía. Poco a poco, los detalles sobre el despliegue inicial de la batería de estado sólido de Toyota van resolviéndose y, como podemos ver, será una tecnología revolucionaria pero tardará bastante más tiempo del deseado en suponer una revolución de algún tipo. No solo porque llegará más tarde de lo esperado, sino porque además lo hará con una disponibilidad limitada y, además, inicialmente, con unas prestaciones también limitadas en base a su potencial

Hace algún tiempo se comentó que los planes de Toyota pasaban por estrenar antes las baterías de estado sólido, pero no en coches totalmente eléctricos sino en una última generación de híbridos, o de híbridos enchufables. Aquel informe aseguraba que de este modo podrían escalar su producción e ir amortiguando los fuertes costes que supondrá esta tecnología en sus primeros pasos. Además, podría servir para aumentar de forma significativa la autonomía eléctrica de sus híbridos. A día de hoy, esta idea no está tan clara y no sabemos a ciencia cierta si los híbridos de la marca serán los primeros en contar con una batería de estado sólido en su sistema motriz.

Y mientras que Toyota está centrada de lleno en el desarollo de baterías de estado sólido, los principales fabricantes mundiales de baterías para vehículos eléctricos, que son CATL y BYD, están ahora mismo enfocados en la llegada de las baterías de sodio. Una tecnología que también es mucho más segura que las baterías de iones de litio, pero que no destaca especialmente por su densidad energética sino, más bien, por unos precios mucho más bajos incluso que los de las baterías con celdas LFP. Y si bien esta tecnología no es una revolución a nivel de prestaciones, sí que puede ser la palanca definitiva para que se produzca un desplome en los precios mínimos de los eléctricos y para favorecer la popularización de este tipo de vehículos en Europa.