Lo de Hertz demuestra que los eléctricos no son para todos, venden 20.000 para recuperar los gasolina

Hertz está dando de qué hablar en los últimos días porque, como seguramente ya sabrás, después de que en el año 2021 hicieran un importante esfuerzo para sumar a su flota de coches de alquiler una importante cantidad de coches eléctricos, ahora resulta que los están vendiendo. Y además la compañía ha dejado claro por qué es: sus costes de reparaciones y averías son elevados, aunque el mayor problema está en ‘la depreciación imprevista’ de estos vehículos. Lo más curioso es que parte de lo que ingresen vendiéndolos se usará para comprar coches gasolina que volverán a estar disponibles en su flota.

Hertz ha sido una de las compañías más destacadas en la adopción de coches eléctricos en gran cantidad para su flota de alquiler de vehículos. Ahora bien, la empresa hizo el importante esfuerzo del que hablábamos en el año 2021, cuando se anunció la compra de 10.000 unidades de Tesla Model 3, y posteriormente se añadieron unidades del Tesla Model Y al pedido. Y estamos hablando de fechas anteriores a la gran bajada de precios que Elon Musk llevó a cabo sobre toda su gama. También es una compra anterior al importante restyling que se llevó a cabo el año pasado sobre el Tesla Model 3, y todo esto ha hecho que la depreciación haya sido mucho mayor que la prevista para estas unidades para las que hicieron un enorme desembolso.

El problema de Hertz no son (solo) los coches eléctricos, sino su mercado de segunda mano y la alta competencia del sector

De su flota estadounidense han decidido poner a la venta unos 20.000 coches eléctricos, que es cerca de un tercio de su flota mundial de vehículos eléctricos. La propia compañía asegura que son de varias marcas, pero la realidad es que de momento solo se han visto Tesla Model 3 en el portal de venta. A todo esto hay que sumarle lo que probablemente sea lo más curioso en la historia, y es que ya han confirmado que lo reinvertirán en vehículos térmicos. Es decir, que están vendiendo una buena parte de sus eléctricos para volver a comprar coches gasolina.

Según la compañía, esta sorprendente medida de vender sus eléctricos para comprar térmicos busca satisfacer la demanda de sus clientes. El caso es que, en realidad, este problema al que está haciendo frente Hertz no es tanto un problema específico de los coches eléctricos, sino más bien un problema del mercado de coches eléctricos de segunda mano, específicamente de los Tesla, y también un problema relacionado con la creciente competencia del sector. Y es que el origen de todo está en las bajadas de precio de Tesla en los últimos meses, que han llevado a que sus modelos se deprecien de una forma sorprendente en el mercado de ocasión.

Y en paralelo, claro, esto tiene que ver con que la competencia está creciendo en el mercado de eléctricos usados y los precios de los eléctricos nuevos es cada vez más bajo. Así que, aunque el ‘core’ de Hertz sea alquilar coches, a fin de cuentas tienen también un importante negocio en la posterior venta de estos vehículos. Con los Tesla se han encontrado con que caen de precio de forma acelerada y cuando van a venderlos de segunda mano no ganan tanto como hacían con los térmicos. Pero es que es verdad que Hertz pudo precipitarse al hacer una compra tan grande en un momento demasiado temprano. Si hubiera sido otra marca, y otro modelo, hoy no habrían caído tanto de precio.

Y a esto anterior hay que sumarle el hecho de que la propia Hertz confirma que la demanda de sus clientes no es tan alta en torno al coche eléctrico, y sigue habiendo un gran volumen de clientes que prefiere un térmico en su lugar. De ahí que la venta de estas unidades de Tesla se vaya a reinvertir en vehículos gasolina. Todo un cóctel que demuestra que, efectivamente, los eléctricos no son para todos a día de hoy, y la transición tiene que llevarse a cabo al ritmo que van marcando diversos factores. Lo que para un particular podría haber sido perfecto, que es cambiar de un gasolina a un eléctrico, en el caso de una alquiladora se ha demostrado que no es rentable en absoluto. También las circunstancias han sido muy particulares, claro.