En el año 2021, Mercedes y Stellantis formaron de manera conjunta una empresa de fabricación de baterías para coches eléctricos bajo la denominación ‘Automotive Cells Company (AAC)’, y ahora han decidido dejar de trabajar en el proyecto conjunto de forma temporal. Ambas compañías han tomado la determinación de congelar su fábrica de baterías en progreso para reevaluar la dirección en la que tienen que avanzar, y parece que fabricar baterías con celdas LFP es la opción clave que barajan.
A principios de este mismo año, Automotive Cells Company recaudó 4.700 millones de dólares para llevar a cabo la construcción de cuatro fábricas de baterías. No obstante, la compañía conjunta de Mercedes y Stellantis tiene prevista una recaudación total de 7.600 millones de euros para el proyecto. De momento ya tienen abierta su primera fábrica en Douvrin, Francia. Y el siguiente paso era una planta de producción ubicada en Alemania, pero los trabajos se han paralizado de forma temporal. Todo esto en un contexto en el que Mercedes anunció que mantendrá los motores gasolina pasado 2030, además de que recientemente han cancelado su nueva plataforma para eléctricos y, en definitiva, están replanteando su estrategia como marca.
Aunque los trabajos se han detenido de forma temporal, de momento ACC no ha tomado una decisión final sobre qué hacer con esta planta de producción en Alemania y sus próximas construcciones. Lo que sí han dejado claro es que se mantendrán flexibles en la velocidad de inversión, y que reaccionarán a las tendencias del mercado. De momento, la próxima fecha clave que han marcado es ‘finales de año’, que será cuando decidan finalmente qué es lo que van a hacer con estas instalaciones.
Yann Vincent, director de ACC, ha señalado que ‘la demanda de vehículos se ha desacelerado en Europa’, motivo por el cual Stellantis ha virado hacia los híbridos, exactamente igual que también lo ha hecho Hyundai. Una gran cantidad de fabricantes. El ejecutivo al frente de ACC ve que el problema puede estar en que el cliente europeo espera a que haya opciones en segmentos inferiores, una categoría a la que los fabricantes occidentales de coches eléctricos todavía no han conseguido apuntar y, sin embargo, las marcas chinas están empezando a hacerlo.
Precisamente por eso se comenta que una apuesta por las baterías LFP podría ser el cambio de estrategia que lleven a cabo, para disponer de baterías más baratas que, tanto a Mercedes-Benz como a Stellantis, les permita hacer lanzamientos en segmentos inferiores. Con modelos que sigan una línea similar a la del Citroën ë-C3, que encaja dentro del segmento B con un precio más bajo que el de sus competidores y, efectivamente, utilizando una batería LFP de 44 kWh de capacidad de almacenamiento energético.
Este mismo mes hemos podido saber que CATL lanzará pronto su batería de sodio, con precios notablemente más bajos incluso que los de las baterías LFP. Y en consecuencia, también este mes se dio a conocer que BYD también prepara su batería de sodio. CATL es el principal fabricante mundial de baterías y BYD ocupa el segundo puesto; aunque BYD tiene también su propia marca de coches eléctricos, la venta de baterías a terceros es precisamente uno de sus principales focos.