«¿Larga vida a la gasolina»? No, Europa ha sentenciado a los térmicos para 2035

Carlos González

Para 2035 se ha modificado la reducción de emisiones de CO2, del 100% anterior a un nuevo 90% que todavía tiene que aprobarse. Esto, en cualquier caso, supondrá lo mismo a efectos prácticos. Quedarán pocos térmicos, serán electrificados, y se venderán en un volumen insignificante.

Para 2035 se ha modificado la reducción de emisiones de CO2, del 100% anterior a un nuevo 90% que todavía tiene que aprobarse. Esto, en cualquier caso, supondrá lo mismo a efectos prácticos. Quedarán pocos térmicos, serán electrificados, y se venderán en un volumen insignificante.

La noticia que circula es imprecisa y exagerada en muchos titulares que aseguran que «los motores térmicos han ganado», y que Europa no prohibirá los gasolina y diésel para el año 2035. La realidad es bien distinta. En el año 2023, la Unión Europea estableció que, a partir de 2035, los coches nuevos debían alcanzar una reducción del 100% en las emisiones de CO2 con respecto a 2021.

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Ahora, el cambio propuesto por la Comisión Europea, que todavía está pendiente de ser aprobado por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, estipula una reducción del 90% en las emisiones de CO2 para el mismo año 2035. El único cambio significativo es un margen del 10% en las emisiones permitidas, una ventana mínima que ha servido para la desinformación absoluta.

Los motores térmicos nunca se habían prohibido de forma explícita

La mala interpretación de la norma lleva años haciéndose, en realidad, y todos los medios de comunicación hemos participado de ello. Lo previsto por Europa era una reducción del 100% de las emisiones de CO2 que, sí, en el sentido más práctico, iba a traducirse en la imposibilidad de vender coches gasolina y diésel, pero también los híbridos enchufables o los eléctricos de rango extendido, así como cualquier electrificado basado en un motor térmico.

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Pero el matiz es relevante: los motores térmicos no se prohibieron, como tal, en ningún momento. También se había previsto una excepción para los efuelsy se dejaba la puerta abierta a los vehículos de pila de combustible –de hidrógeno-, aunque existen muy pocos modelos y no está de más recordar que esta opción alternativa a los eléctricos puros lleva cayendo en ventas desde 2022 y con una participación internacional irrelevante.

El cambio es simbólico, y apenas una flexibilización de la norma

Pasar de una exigencia de reducir el 100% de las emisiones a un 90% finalmente implica que no se elimina la prohibición total de los motores térmicos en el sentido más práctico, sino que se suaviza de forma ligera. La gran mayoría de los coches nuevos, alrededor del 90% o incluso más, van a tener que contar con cero emisiones reales. Es decir, que tendrán que ser principalmente eléctricos puros para el año 2035 que ha establecido el organismo europeo.

¿Qué es lo que se podrá vender, además de eléctricos?

Las emisiones permitidas para los fabricantes computan a nivel europeo, no por países, y como flota de marca –o grupo-. Es decir, que una Stellantis puede equilibrar sus emisiones medias con sus más de diez marcas, y equilibrarlas entre países como Noruega o España. De hecho, es algo que ya viene aprovechándose desde hace años, y en España, Grecia o Italia es donde se concentran las ventas de vehículos más contaminantes. Al norte de Europa se derivan los menos contaminantes, como explica Saúl Lopez en el podcast de Todos Eléctricos.

Este cambio de normativa, por el momento en forma de propuesta, deja abierta una muy pequeña ventana para que se puedan seguir vendiendo híbridos enchufables con una avanzada electrificación, modelos con extensor de rango y posiblemente algunos con efuels o tecnologías parecidas que tengan unas emisiones muy reducidas. Una minoría insignificante, no algo que vaya a afectar al público masivo ni a las ventas generales de ningún fabricante.

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Lo explica de forma muy clara Javier Costas, señalando que no cambia prácticamente nada, y se mantiene el objetivo de reducir el consumo a 0,5 L/100 km. Todo esto deja a los motores térmicos en una situación idéntica, prácticamente, a la que ya tenían hasta ahora. Para el año 2035, y dada esta propuesta, solo van a poder venderse algunos pocos térmicos de muy bajo volumen de ventas, por parte de fabricantes que tengan capacidad para vender una gran mayoría de eléctricos puros.

Es decir, que quedarán unos pocos, si es que acaso siguen siendo de interés y rentables para los fabricantes, que se vendan en nichos muy específicos. Quizá algún deportivo de altas prestaciones, si acaso, pero nada para el público generalizado.

Carlos González