En un juego como F1 23 hay quienes son amantes del simracing, quienes lo son de cualquier juego de coches y quienes, sencillamente, son apasionados de la carrera deportiva de Fernando Alonso. Y sí, yo soy de esos últimos que han ido comprando unas y otras entregas de este videojuego según el piloto español ha tenido un coche competitivo, o no. Y esta entrega, F1 23, con un Fernando Alonso que sí es competitivo con Aston Martin, es exactamente lo que necesitaba como fan del asturiano.
F1 23 es un videojuego de simulación de conducción de Fórmula 1, pero que se puede disfrutar exactamente igual si te gusta jugar con volante y pedales que si te gusta hacerlo con mando de consola, y punto. El nivel de simulación de la conducción es francamente bueno y además se puede adaptar en gran medida a cualquier tipo de usuario, lo que sin duda es todo un acierto por parte del equipo de desarrollo. Y a nivel de gráficos, yo lo he jugado en PC, con un monitor Full HD a 144 Hz, y está realmente bien conseguido, y sin ser excesivamente exigente con el hardware.
Mucho más que carreras de Fórmula 1 en F1 23, y eso es precisamente lo que me ha enamorado de este videojuego
A mí lo que me gusta es hacer una temporada con un piloto creado por mí e ir desarrollándolo, así disfruto del juego como juego, y punto. Pero también me gusta hacer el circuito que toque ese fin de semana antes de que se vaya a dar la carrera en la vida real. Porque así tengo más conocimientos sobre cómo es la pista y, en cierto modo, vivo el Gran Premio que toque con mayor profundidad. Pero es que F1 23 tiene mucho más que eso, y es precisamente lo que ha conseguido que tenga ahora mismo un vicio que no me lo creo ni yo.
Está el modo Braking Point 2, que todavía no he tenido tiempo de disfrutar demasiado, pero de una forma muy narrativa y cinematográfica te pone en la piel de una nueva escudería profundizando en todo tipo de salseos e historias internas. Y está el modo carrera, pero en el que además de ser un piloto eres también jefe del equipo. Y tienes que estar pendiente de ir desarrollando el coche, controlando las finanzas, manteniendo a cada departamento productivo y con la moral alta, y un sinfín de detalles.
En este último modo, lo que más me ha gustado es que hace años acababa aburriéndome porque las sesiones de entrenamientos libres eran tediosas. Ahora, hasta estas sesiones son entretenidas porque te ponen pruebas específicas para que puedas desarrollar cosas concretas del monoplaza y de la estrategia de carrera. De una forma muy inteligente le han introducido a F1 23 un montón de matices y modos ‘paralelos’ que hacen que el juego sea mucho más entretenido y divertido que solo hacer carreras y nada más.
Y, por cierto, los modos online han mejorado una barbaridad. En F1 23, además de que tienes rankings competitivos que te encasillan en un grupo u otro en función de tu nivel semanal, también tienen una licencia de piloto. Si eres de lo que arrasan con todo y se ‘llevan puestos’ al resto de jugadores, solo vas a correr con gente que también juega sucio. Y si eres limpio, entonces correrás con gente como tú. Todo este tipo de detalles son los que hacen que la experiencia sea francamente buena. Y que, aunque me metí en F1 23 para hacer un sencillo análisis como un ‘usuario fan de Fernando Alonso’, haya acabado muy, pero que muy viciado.