Audi lleva ya varios años investigando en la producción de combustibles alternativos que tengan propiedades similares a los fósiles pero que no deriven del petróleo. Son los llamados e-combustibles: e-gas, e-diésel y ahora también e-gasolina. Aun producidas en pequeña escala, pueden ser una solución interesante de poder llevarse a cabo en grandes cantidades.
Del e-gas a la e-gasolina pasando por el e-diésel
Los combustibles alternativos desarrollados por Audi recurren a electricidad ecológica, agua y CO2. A partir de ellos y por varios procesos químicos, se consigue refinar los diferentes biocombustibles.
Fue en 2013 cuando Audi ya tuvo lista la producción de e-gas renovable y que produce en la planta de Wertle (Emsland). Y lo hace además de una forma curiosa ya que cuando uno de sus clientes que cuentan con un Audi g-tron (impulsados por GNC) reposta en una de las gasolineras, Audi inyecta a la red el equivalente en e-gas que ha consumido el coche.
Posteriormente conseguía lanzar el e-diésel en Desde, en una planta piloto aperada por su socio Sunfire. A partir de los tres componentes anteriormente dichos consiguieron un producto denominado Blue Crude y con el cual se consigue refinar el e-diésel. Actualmente Audi está trabajando en conseguir una producción a gran escala de este combustible en Laufenburg, con la colaboración de Ineratec GmbH y Energiedienst Holding AG. Los cálculos hablan de que la planta piloto podría llegar a refinar hasta 400.000 del Audi e-diésel y para que el proceso sea lo más ecológico posible, la energía eléctrica procede de una fuente renovable como la hidráulica.
Pensemos que en el caso de los modelos movidos por gas, los g-tron, sus emisiones son un 80 por ciento inferiores a los equivalente dotados de motor de gasolina, incluyendo en el proceso la producción del propio combustible.
El último hito ha sido poder refinar una gran cantidad de e-gasolina, 60 litros, que no parece mucho pero son suficientes para poder empezar a realizar pruebas en motores reales. Y es que una de las ventajas de este tipo de combustibles es que no es necesario realizar cambios en los motores ya que sustituyen directamente al diésel y la gasolina normal sin más complicaciones pero, al mismo tiempo, aportando beneficios como son unas menores emisiones y un ciclo cerrado de producción.
las primeras investigaciones han comprobado que el octanaje de la e-gasolina es muy elevado con lo que podría permitir elevar la compresión de los motores y, con ello, mejorar su eficiencia. A medio plazo el objetivo es que en los procesos de producción el CO2 no requiera biomasa y pueda ser captado directamente de la atmósfera. Además el hidrógeno tampoco es necesario que sea puro como el que es necesario para mover los vehículos de pila de hidrógeno, por lo que su producción es mucho más sencilla y rápida.