Esta puede ser la última esperanza para los motores diésel. Todos los motoristas andan valorando la idea de abandonar estas motorizaciones. Los gobiernos europeos comienzan a restringir la circulación de estos vehículos. Pero ahora, Audi tiene en proyecto un bote salvavidas para estas mecánicas.
Junto a Ineratec y Energiedienst, Audi pretende construir una planta en Suiza con un fin muy claro: investigar la producción de e-diésel. La idea es poder tener un combustible sintético final con “emisiones casi neutrales”. La solicitud para instalar la planta en Laufenburg (Suiza) ya está aprobada y la construcción comenzará en 2018.

El objetivo de Audi: 0 emisiones
Una fábrica requiere electricidad, pero si queremos un objetivo de 0 emisiones, es esencial que el aporte de la misma sea coherente. La planta de Audi se nutrirá de energía hidroeléctrica. Esta energía limpia será usada para la producción de 400.000 litros anuales de e-diésel. Las materias primas que usarán serán dióxido de carbono y agua. Mediante un proceso de electrólisis, harán reaccionar las dos moléculas para producir hidrocarburos. Las emisiones son de 0 porque el dióxido de carbono producido es tomado de la atmósfera y no del petróleo. Así que el producido en el coche se reutilizará (o una proporción equivalente) en la producción de nuevo e-diésel de Audi.
El producto de desecho que se producirá será oxígeno puro, que es perfectamente desechable a la atmósfera para que puedas respirarlo tranquilamente. Además, se producirán ceras que se utilizarán con otros fines industriales. El procedimiento es muy similar al que usan las plantas de forma natural para producir su propio combustible. Hablamos de la fotosíntesis, pero usarán energía eléctrica en lugar de la luz del sol.
Esta no es la primera tentativa de Audi en este campo. Desde 2014 están trabajando con la corporación de tecnología energética Sunfire, en la ciudad alemana de Dresde. La tecnología aplicada allí por Audi es diferente, pero con el mismo fin: fabricar e-diésel. Tras el escándalo de los motores diésel, o dieselgate, esto presenta una oportunidad de redimirse moralmente al grupo VAG.