Empiezan los meses de lluvia y todos sabemos que esto afecta al comportamiento de nuestro coche. Hay varios factores que harán que la visibilidad sea menor, así como la adherencia de nuestro vehículo al asfalto. Y sí, es más peligroso conducir cuando el asfalto está mojado, pero hay una serie de pautas y consejos que te van a ayudar a conducir con seguridad.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la seguridad depende de dos factores fundamentales que, como explicaremos a continuación, son variables y siempre se pueden ajustar a este tipo de condiciones. Hablamos del factor humano, que es nuestro comportamiento al volante y cómo somos capaces de adaptarnos a la situación, dar respuesta al posible comportamiento de nuestro vehículo; y por supuesto hablamos del factor mecánico, en el que hablaremos de todo aquello que tiene que ver con el vehículo y que también podemos ajustar con la intención de reducir riesgos cuando hay lluvia y estamos al volante. Pero, antes de nada, vamos a abordar unas cuestiones básicas.
¿Qué cambia cuando conducimos con lluvia?
Lo primero que vamos a notar es una peor visibilidad al volante, que variará en función de la intensidad de la lluvia y en algunos casos puede ser notablemente mayor por culpa de la niebla. Pero no es lo único, y es que también tendremos una importante pérdida de adherencia, que afecta a la frenada y la tracción en curva, e incluso en recta. Básicamente, vamos a notar cómo el coche agarra menos al suelo. Y todos estos efectos podemos minimizarlos, como explicaremos a continuación, pero antes vamos a conocer por qué se pierde adherencia.
¿Más presión en los neumáticos, o menos?
La mayor adherencia se consigue con una mayor superficie de contacto, lo que llevaría a pensar en un planteamiento básico que es conveniente disminuir la presión de los neumáticos con la intención de contrarrestar la superficie que deja de estar en contacto con el suelo por tener, «en medio», una capa de agua. Es un tremendo error, porque los surcos del neumático están diseñados para drenar el agua, lo que se consigue con una mayor presión de los mismos. Y es que, si estos surcos no son capaces de eliminar el suficiente fujo de agua, es cuando se produce el famoso aquaplaning.
Por lo tanto, para aumentar la adherencia, lo conveniente es aplastar la capa de agua entre nuestro vehículo y el asfalto, lo que se consigue con una menor superficie para ejercer mayor presión con el mismo peso del vehículo. Teniendo en cuenta esto, con una mayor presión en los neumáticos conseguiremos que se abomben en la zona central reduciéndose la superficie de contacto, y por tanto el recorrido por los surcos hasta el drenaje del agua es menor.
Aumentar la visibilidad es clave
Hay varios elementos en nuestro coche que nos pueden ayudar a aumentar la visibilidad, uno de los factores clave en la conducción con lluvia. No sólo tenemos que ver nosotros, sino también hacernos ver, y para ello utilizaremos la luz trasera antiniebla cuando sea conveniente para señalizar convenientemente nuestra presencia, así como las luces delanteras correspondientes cuando haya nubes bajas. En cuanto al sistema de iluminación de nuestro vehículo, es clave que estén en perfecto estado.
Ahora bien, otro elemento que nos va a ayudar a aumentar la visibilidad es el limpia parabrisas, y para que desempeñe su función de forma correcta las escobillas tienen que estar limpias y en perfecto estado, puesto que sino con la lluvia podrían crear una pasta que impide que veamos con claridad.
Así debes conducir si hay lluvia
Lo que debes tener siempre en cuenta es que anticiparse es lo que más reducirá los riesgos durante la conducción con lluvia, y por lo tanto tendemos que moderar la velocidad para tener un mayor tiempo de respuesta ante cualquier tipo de situación. Teniendo en cuenta esto anterior, por lo tanto, también aumentaremos la distancia de seguridad con respecto al resto de vehículos con los que circulamos por una vía, puesto que la pérdida de adherencia se notará directamente en la distancia de frenado, que es notablemente mayor por culpa del agua. Siempre hay que hacer movimientos suaves que permitan que los neumáticos mantengan el drenado correcto de agua, y en caso de hacer aquaplaning, la clave es mantener la dirección firme hacia donde queremos que se dirija el vehículo, aunque en ese preciso instante la trayectoria sea diferente, y siempre evitando movimientos bruscos.
Este es mi truco para conducir cuando llueve
Lo primero es que siempre me aseguro de tener bien los neumáticos. Me puedo permitir tener el coche más o menos limpio, y que alguna que otra cosa esté en mejor o peor estado, pero es que tener los neumáticos bien es fundamental. Así que, llueva o no, siempre me aseguro de que tengan suficiente dibujo y no se desgasten en exceso –y sino los cambio, claro-, y siempre me aseguro de que estén a la presión adecuada. Para eso llevo una bomba de presión automática con batería –una de Xiaomi-, y cada poco tiempo reviso la presión.
Además de esto, trato de cambiar los limpiaparabrisas una vez al año, porque cuestan poco dinero. Además los cambio yo mismo siempre, porque es realmente fácil. Y fuera de esto, estando el coche bien preparado para cualquier cosa, cuando llueve con cierta intensidad siempre trato de conducir algo más lento y hacer cualquier maniobra con mayor suavidad. La clave, para mí, es dejar espacio con el coche de delante, algo más de lo habitual para que me dé tiempo a frenar en cualquier circunstancia. Y para poder frenar con más suavidad.