Ahora que se ha presentado el Toyota Supra, no he podido evitarlo y me he puesto a los mandos de otro deportivo de la marca. He hecho una prueba al Toyota GT86. La marca nipona tiene en su ADN la competición, y este pequeño deportivo lo demuestra desde que le echamos un primer vistazo, con una línea fluida, cotas reducidas, una carrocería baja… ¿cuál es la experiencia al volante?
Como siempre, en el canal de YouTube tenéis la prueba completa en vídeo. Pero, para los que prefieren leer, aquí mi resumen de la prueba del Toyota GT86:
Un deportivo ‘de raza’, así es el Toyota GT86
El Toyota GT86 tiene un aspecto imponente, una línea llamativa que ya nos indica ante qué tipo de coche estamos. Nada más entrar nos vamos a encontrar con un habitáculo sencillo, sin decoros, en el que los asientos deportivos son lo que quizá más llama la atención, en conjunto con una corta palanca de cambio del mismo corte y un volante que sigue igualmente la misma tónica. El resto, plásticos sencillos y negros, sin distracción alguna.
Bajo el capó llevamos un motor 2.0 bóxer, atmosférico, de 200 CV de potencia y origen Subaru. Porque este coche es fruto de la colaboración de ambas marcas, con el Subaru BRZ en el otro extremo. Aún así, el motor ha sido puesto a punto por Toyota, así que el comportamiento del mismo no es idéntico en ambos modelos.
Las sensaciones al volante del Toyota GT86 son fáciles de describir: un coche duro por su chasis, estable en el paso por curva, con tactos muy mecánicos tanto en el cambio como en la dirección. La tracción trasera se evidencia cada vez que pisamos gas, con ligeras pérdidas de tracción incluso sin desconectar los controles electrónicos. El cambio es agradecido, con buen guiado y recorridos cortos.
Todo está acomodado a la perfección para sentir la conducción y disfrutarla al milímetro. Y solo hay una pega posible, y es que la sensación al pisar el acelerador al máximo es de que falta algo de ‘punch’, algo de nervio. El chasis del Toyota GT86, sin duda, aguantaría un motor con mayor potencia y, sobre todo, con una entrega más rabiosa. Aún así, un coche realmente divertido que nos da sensaciones mejores aún de las que cabría esperar.
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