Más de 32 horas al volante del Hyundai Elantra 1.6 CRDí 136 CV, la quinta generación de la compacta berlina coreana, y más de 2.000 kilómetros. En eso se podría resumir, técnicamente, la prueba del Hyundai Elantra que hemos hecho, durante una semana, en TestCoches. Sí, una prueba algo más larga de lo habitual, pero en estas fechas el tiempo invita a conducir, y hemos aprovechado la ocasión para exprimir a fondo este interesante modelo.
La ruta parte desde Las Rozas de Madrid, en Madrid –el propio nombre lo dice, vaya- y se extiende hasta Tarifa, Cádiz. Esta vez, una vez más, hemos aprovechado un viaje ocioso para poner a prueba un modelo. Porque, al fin y al cabo, en el uso real es cuando realmente se puede saber cómo funciona un vehículo, y si realmente es capaz de cumplir con las expectativas y exigencias de un conductor, desde el lado más práctico. Y si el viaje hubiera sido sólo eso habríamos recorrido 1.400 kilómetros, aproximadamente, empalmando la M-50 con la A-4, y más adelante la A-7. Pero es que además hemos pasado por Gibraltar, para ver cómo iba por allí aquello del Brexit. Hemos tenido tiempo para todo.
Antes de emprender la marcha, echando un vistazo al interior nos encontramos con un diseño sobrio y sencillo, pero de construcción sólida. Las piezas están encajadas de buena manera y tiene todo buen aspecto. En cuanto a los tactos, como es habitual los plásticos –todos, o casi todos de color negro- son blandos los superiores y algo más duros los inferiores. Y el puesto de conducción, con dos esferas analógicas y una pantalla TFT central es igualmente bastante sencillo, pero visualmente cómodo y muy cumplido.
Madrid – Algeciras: el Hyundai Elantra en autopista
El tramo de viaje entre Madrid y Algeciras, que es donde hemos estado hospedados realmente –yo, personalmente, y mi acompañante-, es puramente de autopista. Facilito, a priori, para el 99% de los nuevos modelos actuales, pero una primera prueba interesante. El motor 1.6 CRDi 136 CV, diésel, tiene acoplada una transmisión manual de 6 velocidades junto a la cual, además de esta potencia, extrae 260 Nm de par máximo de sus cuatro cilindros en línea.
Una mecánica que se presta muy solvente y desahogada con la carga media que llevábamos –para dos personas, una semana-. Con un consumo de 3,8 litros a los cien según la ficha técnica y que, en circunstancias reales, se ha quedado en sólo 4,4 l/100 km. Nada mal. Y con una relación de cambios muy bien encajada a sus prestaciones. Al límite de velocidad de la autopista –120 km/h, por si no te acuerdas-, el motor va tranquilo en sexta, y recupera de forma muy correcta. Sin ruidos, sin vibraciones, y nada que destacar en su contra.
Aquí, en autopista, el Hyundai Elantra 1.6 CRDi 136 CV que hemos probado se mostró excelente por su motor y, de nuevo muy cumplido en otros aspectos de su mecánica. Es una berlina compacta de corte suave, algo inclinada al confort por sus tactos en la conducción.
Algeciras – Tarifa, Tarifa – Algeciras: la hora de las carreteras secundarias
Entre Algeciras y Tarifa, y viceversa, el nexo de unión es una carretera secundaria típica, con curvas pero no excesivamente marcadas en ningún punto. En cualquier caso, es donde realmente se exprimen el motor, la suspensión y los frenos, principalmente. Y es donde pudimos ver que el balance de pesos del Hyundai Elantra, en la conducción, se muestra óptimo. Es un modelo muy equilibrado cuando estamos al volante, y en este caso acompañado por un motor que acelera y recupera sin ningún tipo de queja, sin vacíos y lineal.
En uso combinado, entre autopista, secundarias y urbano, el consumo en nuestra prueba del Hyundai Elantra 1.6 CRDi 136 CV fue de 5,5 l/100 km.
La transmisión, manual de seis velocidades, encaja las marchas una tras otra sin dejar que se ausenten sus prestaciones un instante. Y cuando llegas al final de la recta, a punto de encarar una curva, la frenada es generosa y sus discos no ceden a la fatiga. El sistema de frenos tiene un comportamiento francamente destacable para el corte y enfoque que tiene una berlina compacta. Y el único ‘punto débil’ que muestra, cuando la llevamos al límite, es la suspensión.
El tarado de suspensión, como te iba diciendo antes, está inclinado al confort de marcha y en autopista se agradece. Se reduce la fatiga del conductor –y los acompañantes- de forma excepcional, y se filtran las irregularidades bien, muy bien. Pero aquí, en una secundaria, buscándole las cosquillas al Hyundai Elantra, el paso por curva se cumple con buena respuesta, algo a lo que ayuda también la dirección, muy comunicativa, pero con un balanceo propio de un tarado que, como te contaba, es ‘blandito’. En esto, otras berlinas compactas –generalmente las premium- suelen ‘pecar’ en menor medida, pero en muchas ocasiones en detrimento del confort de marcha. No sé qué pensarás tú, pero durante esos 1.400 kilómetros de autopista agradecí su inclinación hacia el confort.
Un buen viaje, un buen coche
Entre tú y yo: elegí el Hyundai Elantra. Sí. Otros te contarán que ‘les tocó tal coche’ en ‘tal viaje’, y ‘bla bla bla’. En mi caso, el viaje estaba programado antes que el coche, y confié en el Hyundai Elantra de esta prueba para echarme a las espaldas algo más de 2.000 kilómetros. Y lo cierto es que no me ha decepcionado. La quinta generación del Elantra es un modelo que, desgraciadamente, tiene una oferta de mecánicas demasiado ajustada, pero al fin y al cabo tiene en su catálogo las opciones que típicamente se demandan más en su segmento. Y lo que sí ofrece es variedad de versiones por su equipamiento y, por supuesto, un surtido ‘armario’ de extras.
Desde las versiones más ‘bajas’, la calidad de construcción del interior es impecable, y sus cotas interiores cumplen. Sus más de 450 litros de maletero son más que suficientes para el equipamiento de los ocupantes en prácticamente cualquier situación, y como es habitual en la marca, las plazas traseras son amplias para adultos. Especialmente en el espacio para las rodillas. Y me sorprendió de forma muy grata la posición de conducción. Con las piernas estiradas prácticamente por completo, y un apoyo excelente para el pie izquierdo.
Y como ya te he contado, la versión diésel, el 1.6 CRDi de 136 CV combina unas buenas prestaciones con un muy bajo consumo. Lo que siempre le pedimos a un motor, vaya. En definitiva, la única pega que le sacaría, personalmente, es el tarado de suspensión. Y digo ‘personalmente’ porque –vuelvo a repetir-, está configurado para priorizar el confort sobre el paso por curva. Y estoy casi, casi seguro, de que si estás interesado en el Hyundai Elantra, preferirás recorrer kilómetros y kilómetros sin tener que soportar cada ‘china’ del asfalto en tus riñones, en lugar de una ‘tabla’ que no se incline lo más mínimo pasando rápido por curvas de un puerto de montaña. Si es así, como te digo, entonces olvídate de la pega de la suspensión.