Quizá hoy muchos crean que Toyota se dedica a hacer turismos y SUV híbridos. Es cierto que se han ganado la posición de líder en el mercado de los híbridos, pero la firma japonesa tiene mucho más que solo eso. Y pudimos comprobarlo esta semana cuando acudimos a conocer la gama 4×4 de Toyota en la Finca La Cutamilla, en Sigüenza.
Afortunadamente, ya había probado antes toda la gama 4×4 de Toyota, pero no siempre tienes la oportunidad de probar todos los modelos juntos, y más complicado aún es hacerlo en un circuito offroad en el que puedes exprimir cada modelo como le corresponde. Y eso es lo que pudimos hacer allí: probar el RAV4, el Highlander, el Hilux y el Land Cruiser. Esta es la gama 4×4 de Toyota, y todos sus modelos son muy capaces fuera de la carretera. Pero ofrecen un nivel de aptitud offroad muy diferenciado y, aunque todos cuentan con tracción a las cuatro ruedas, son vehículos sorprendentemente diferentes el uno al otro.
La tecnología 4×4 de Toyota es distinta en cada modelo ¿sabes por qué?
Mientras que el Toyota RAV4 y el Toyota Highlander están construidos con un chasis monocasco, tanto el Hilux como el Land Cruiser se basan en un chasis de largueros. Y es que, mientras que los dos primeros están enfocados a un uso principalmente en carretera, tanto el Hilux como el Land Cruiser se han diseñado específicamente para el todoterreno. Pero además, el RAV4 y el Highlander deben su sistema de tracción a las cuatro ruedas a una mecánica híbrida, que cuenta con un motor eléctrico conectado al eje trasero, y el Hilux y el Land Cruiser utilizan un sistema convencional.
Esta enorme diferenciación entre unos modelos y otros es fácil. Toyota trata de adaptarse por completo a cada perfil de cliente y son perfectamente conscientes de que tienen clientes que necesitan un vehículo familiar que destaque en carretera, y otros clientes que necesitan un ‘arma’ de trabajo capaz de pasar por cualquier tipo de terreno. Es increíble hasta el punto que buscan dar satisfacción al cliente y siempre teniendo en cuenta que deben ofrecer la máxima fiabilidad en todos y cada uno de sus vehículos.
RAV4 y Highlander: SUV familiares, de carretera… con grandes capacidades offroad
Quien se compra un Toyota RAV4, o un Toyota Highlander, seguramente lo usará casi siempre en la carretera. Están pensados para que sea así y se nota porque son modelos que ofrecen un nivel de confort muy elevado en esta situación. Da igual si es en uso urbano, donde ofrecen las ventajas de ser híbridos a nivel de consumo y de etiqueta de la DGT, o si hacemos uso en autopista y carretera. Buena potencia en ambos casos y una calidad de rodadura digna de mención.
Pero a lo que fuimos es a probar las aptitudes offroad de estos dos modelos y, con la buena experiencia que ofrecen en carretera, verdaderamente sorprenden por lo que son capaces de hacer cuando salen del asfalto. Tanto uno como otro tienen evidentes limitaciones por cuestiones de altura libre al suelo y configuración de suspensiones. Sin embargo, donde destacan es en el brillante trabajo del sistema de tracción a las cuatro ruedas. Da igual por dónde pisen, que incluso con neumáticos de carretera, y ‘de verano’, son capaces de resolver cualquier contratiempo.
Es precisamente aquí donde se hace notable el ADN Toyota y se evidencia que, a pesar de ser modelos configurados para un uso principalmente en carretera, tanto el RAV4 como el Highlander, a diferencia de la mayoría de sus competidores, sí cuentan con aptitudes para el todoterreno. Solo hay que conectar el modo Trail y, de forma automática, el sistema de tracción a las cuatro ruedas inteligente, basado en una mecánica híbrida, se pone a trabajar para que no sintamos ninguna complicación al volante. Una gozada.
Land Cruiser y Hilux: auténticas bestias offroad
El Toyota Land Cruiser y su hermano el Hilux son ‘otro mundo’. Recurren a tecnologías –a nivel de mecánica- algo diferenciadas, pero tanto uno como el otro demuestran unas capacidades offroad de referencia. Cuentan con muchos años de historia a sus espaldas y siempre han sido capaces de prestar unas capacidades superiores a la mayoría de sus competidores. Pero la experiencia es un grado y, sin duda, la evolución de un modelo y otro han hecho que a día de hoy sean la mejor versión de sí mismos.
El Hilux funciona como tracción trasera de normal y como 4×4 conectable. Para ello tiene un diferencial delantero abierto y ofrece también diferencial trasero bloqueable junto a una caja de transferencia que suma a lo anterior la reductora. Sus 29º de ángulo de ataque, 23º de ángulo de salida y 27º de ventral hacen que pueda sortear obstáculos sin dificultades y, por supuesto, en esto ayudan otros datos técnicos como sus 31 centímetros de altura libre al suelo y 700 mm de capacidad de vadeo. A nivel técnico es brillante, pero en todo esto la capacidad de tracción es sin duda un punto clave sin el cual no podría brillar como lo hace.
Y el Toyota Land Cruiser, por su parte, es un auténtico icono del todoterreno y sigue siéndolo a día de hoy. Es un modelo que se ha transformado para ofrecer un confort abordo de primer nivel. En carretera funciona mejor que nunca antes y no deja de ser sorprendente, porque está basado en un chasis de largueros, cuenta con tracción total permanente y ofrece tres diferenciales: delantero abierto, central con bloqueo y trasero ‘a la carta’. El trasero puede ser abierto, tipo Torsen o con bloqueo. Frente al Hilux, los datos técnicos del Land Cruiser se repiten a nivel de capacidad de vadeo, por ejemplo, pero se va hasta los 31º de ángulo de ataque, 22º de salida y 25º de ángulo ventral. En este caso tenemos 21,5 cm de altura libre al suelo, pero con suspensión configurable en altura.
Este modelo, el Toyota Land Cruiser, es una auténtica bestia del offroad por sus capacidades a nivel de mecánica. Pero además cuenta con una electrónica que, de verdad, hay que probarla para saber bien hasta dónde es capaz de llegar. El sistema MTS permite adaptar la tracción al tipo de terreno que vayamos a pisar y el Crawl Control es un sistema de pilotaje autónomo específico para todoterreno. Solo tenemos que escoger la velocidad de avance en cinco niveles diferenciados y, teniendo únicamente que sujetar el volante, el coche se encarga de absolutamente todo en zonas técnicas de todoterreno.