Mal rollo con el Volkswagen ID.3, destapan que su batería no tiene la capacidad prometida

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Seguro que a nadie se le ha olvidado el famoso ‘dieselgate’ que tuvo a Volkswagen contra las cuerdas hace ya unos cuantos años. Se descubrió entonces que sus coches contaminaban más que lo declarado, pero el grupo automovilístico alemán estaba trucando las emisiones con un sencillo truco de software. Pues bien, han venido recuerdos de aquel escándalo porque ahora han detectado algo en el Volkswagen ID.3 que ha hecho saltar las alarmas: resulta que su batería no tiene la capacidad prometida. ¿Cuál es la explicación a toda esta polémica? En realidad, la discrepancia se ha detectado de forma casual, sin intención alguna de comprobar esto en concreto.

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Desde Bild no se han cortado un pelo en titular preguntando si Volkswagen está engañando con la autonomía de sus coches eléctricos, y algunos otros medios alemanes han seguido exactamente la misma línea. El periódico Wirtschaftswoche es quien primero ha señalado que durante una prueba de durabilidad del Volkswagen ID.3, el ADAC ha encontrado que la degradación de su batería es buena a lo largo del tiempo, de modo que su vida útil no se ve gravemente perjudicada con las cargas y descargas, y el uso normal, a lo largo de 100.000 kilómetros. Sin embargo, sin pretenderlo, han detectado que la capacidad de su batería no es la prometida.

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¿Qué está pasando con el Volkswagen ID.3? Descubren que la capacidad de su batería no es la que promete tener y saltan las alarmas

La gama del Volkswagen ID.3 está compuesta por varias versiones, pero todas ellas con dos baterías distintas. La más básica tiene 58 kWh de capacidad de almacenamiento energético, y la más cara cuenta con 77 kWh. Pues bien, el estudio de durabilidad del ADAC se llevó a cabo con la versión de 77 kWh de batería y las pruebas se llevaron a cabo en varios puntos clave: con 20.000, con 80.000 y, finalmente, con 100.000 kilómetros. Y lo que ha hecho saltar las alarmas es el hecho de que en los apuntes del estudio se pude ver que la capacidad de la batería del Volkswagen ID.3 sometido a estudio era de 69 kWh.

Este es el dato que no encaja porque, como decíamos, ninguna versión del ID.3 tiene esta capacidad y, además, se sabe que las pruebas se hicieron con el de 77 kWh. Así que la duda que se ha empezado a plantear es, sabiendo que la capacidad real es menor a la anunciada, si se trata de algún tipo de estafa o engaño por parte de Volkswagen, o qué es lo que está pasando con esta gran discrepancia. Y en realidad es posible que aquí, más que un engaño, lo que haya sea un gran desconocimiento por parte de estos medios alemanes en torno a cómo es y cómo funciona un coche eléctrico. Especialmente respecto a las particularidades de sus baterías, claro.

El tema es que las baterías de los coches eléctricos, una vez que están ya montadas en los vehículos, tienen ‘dos capacidades’ distintas. En realidad la batería es una y tiene una sola capacidad, pero déjame que me explique. La capacidad de almacenamiento energético de la batería puede ser una capacidad bruta, que es la capacidad máxima teórica que contiene la unidad de almacenamiento; o puede ser una capacidad neta, que es la capacidad real disponible para poder alimentar el sistema motriz eléctrico. Esto es como los ingresos, que pueden ser brutos o netos, y depende de si se aplican impuestos o no. Espera, que te sigo explicando.

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En la capacidad de almacenamiento energético de una batería de coche eléctrico no se aplican impuestos, evidentemente, pero lo que se aplican son márgenes de seguridad. El Volkswagen ID.3, de hecho, tiene una batería de 83 kWh de capacidad bruta, pero se comercializa como modelo con 77 kWh de batería porque, en realidad, esta es la capacidad neta. La diferencia entre ambas capacidades viene determinada por un margen de protección que aplica el fabricante, generalmente mediante software, y con la intención de proteger la batería a largo plazo frente a la degradación. De este modo se evitan las descargas profundas que pueden derivar en la formación de dendritas en las celdas. Y esto, como todos sabemos, acelera la pérdida de autonomía progresiva y además supone un riesgo para la estabilidad química de las celdas.

Los medios alemanes han recordado el ‘dieselgate’ para apoyar su idea de que quizá Volkswagen lo esté haciendo de forma deliberada para evitar costosas reparaciones, que podrían superar los 10.000 euros, por la degradación de la batería. Es decir, sostienen que podrían estar reduciendo la capacidad mediante software para liberar capacidad disponible, en caso de que sea necesario, para que los usuarios no perciban la pérdida de autonomía por desgaste. Una afirmación atrevida y que de momento no tiene base sólida que lo demuestre. Ya sabemos, de sobra, que todos los coches eléctricos tienen una capacidad bruta de batería y una capacidad neta que es, digamos, la que realmente queda disponible para el usuario.

Lo que está claro es que de momento se ha desatado una importante polémica en torno al Volkswagen ID.3 y que, efectivamente, es porque en las pruebas no da la capacidad de batería que promete, que como avanzábamos es de 77 kWh. Estas pruebas apuntan a 69 kWh de capacidad real y no deja de ser curioso. ¿Por qué? Pues sobre todo porque 77 kWh debería ser ya la capacidad neta, mientras que la capacidad bruta son 83 kWh. Así que hay algo que no termina de encajar, pero a priori no parece algo tan grave como apuntan algunos medios alemanes.

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