Los coches eléctricos, incluso a pesar de que su adopción va creciendo progresivamente a nivel mundial, no forman parte de las listas de los coches más robados. Así lo revela The Insurance Institute for Highway Safety, que por cada 100.000 unidades, un robo es del Tesla Model 3. Y evidentemente, uno de los factores por el que los ladrones huyen de los vehículos eléctricos es que este tipo de coches tienen más tecnología y, sobre todo, más enfocada tanto a la geolocalización del vehículo como a la vigilancia del mismo.
La conclusión que extraen del informe es que los ladrones no están interesados en los coches eléctricos en la misma medida en que lo están en vehículos de combustión. Los datos que ofrecen apuntan a que 49 de cada 100.000 vehículos asegurados son robados cada año. Pero son datos que corresponden a los Estados Unidos, donde por cierto la penetración en el mercado de los coches eléctricos es también más baja que en Europa. Aún así, también allí los coches eléctricos están año a año ganando cada vez más protagonismo.
¿Por qué no están tan interesados?
En los vehículos térmicos, más allá de que se producen robos del coche entero, evidentemente, también se producen robos de componentes. Los ladrones van a por cosas como el catalizador, por ejemplo, que es algo que sencillamente no existe en los vehículos eléctricos. También van a por llantas, a por cámaras y otras piezas. Y por supuesto, también van en busca de objetos que pueda haber en el interior: como ordenadores portátiles, mochilas, bolsos y cualquier objeto de valor.
El problema que tienen los ladrones con los coches eléctricos es, por un lado, que robar sus piezas es más complicado porque los bajos de un vehículo de este tipo, por ejemplo, no es más que la superficie inferior de la batería. No hay nada que robar aquí, como un catalizador, ni nada por el estilo. Pero es que además de que es más difícil robar piezas mecánicas o electrónicas, la demanda es menor y el interés es más bajo, pero esto responde a lo que te decía antes de que su penetración en el mercado es todavía inferior, y especialmente en los Estados Unidos.
Por otro lado, es verdad que el informe destaca los escasos robos del Tesla Model 3, pero es que los datos que afecten a este vehículo no pueden extrapolarse al resto de coches eléctricos. Sencillamente porque los modelos de Tesla cuentan con el Modo Centinela, que usa las cámaras de la carrocería como un sistema de vigilancia constante. Este modo, como probablemente ya sabrás, graba todo lo que ocurre alrededor del vehículo cuando, por ejemplo, detecta la presencia de alguien. Así que, desde luego, robar un coche de esta marca es bastante más complicado.
Y no, Tesla no es la única que cuenta con este innovador sistema de vigilancia constante. Pero esta, y algunas otras tecnologías, como las de geolocalización del vehículo, también hacen de ‘repelente’ para los ladrones. Así que en estos momentos son varios los factores que determinan que tengan mucho menos interés en los coches eléctricos que en los coches tradicionales con motor de combustión. Quizá a medida que vaya aumentando su penetración en el mercado la situación cambie, pero por el momento los propietarios de coches eléctricos pueden estar bastante más tranquilos que el resto.