Nada. Bueno, sí, pero mucho menos de lo que parece. El Tesla Model 3 llega para sumarse a los Model S y Model X dentro del catálogo de la firma americana. Y repite la misma jugada de desmarcarse del resto de modelos –similares por dimensiones- con su sistema de propulsión eléctrica y, además, conducción semi autónoma. Esto es, a grandes rasgos, lo que define al nuevo Tesla Model 3.
Ya habrás leído cosas como que ‘es el coche del siglo’, y similares. Que no te engañen, porque no es así. El Tesla Model 3 tiene unas medidas algo inferiores a las del Model S, pero sigue siendo una berlina. Un modelo planteado para hacer frente al BMW Serie 3 y sus similares, por sus dimensiones, pero que tiene un enfoque bastante diferente.
Es puramente eléctrico y ofrece AutoPilot como sistema de conducción semi autónoma. Eso es lo único de ‘especial’ y ‘revolucionario’ que tiene este coche.
Eléctrico y semi autónomo, las claves del Tesla Model 3
Su diseño exterior no tiene nada destacable, en realidad. Únicamente que su carrocería no tiene entradas de aire en el paragolpes frontal, por ejemplo, porque los coches eléctricos no requieren un apoyo a la refrigeración de este tipo y porque, además, la aerodinámica es un factor clave para lograr la máxima autonomía. Y hablando de esto, ofrecen 354 ó 499 km de autonomía en función de la versión.
Tiene un precio de 35.000 dólares como mínimo, frente al BMW Serie 3 que parte de 33.450 dólares –en Estados Unidos, ambos-. Eso sí, incluso su versión de inferiores prestaciones alcanza los 220 km/h, que poco debería importarnos teniendo 120 km/h como límite de velocidad. En cualquier caso, su precio no es tan reducido como nos están ‘vendiendo’ en algunos titulares, y desde el plano económico lo interesante es el ahorro en combustible, frente al precio de la recarga de electricidad, y por supuesto, el ahorro en mantenimiento.
Es superior a sus rivales en el apartado tecnológico. Una gigantesca pantalla táctil, al estilo iPad, protagoniza la consola central y sirve para el control del sistema multimedia, ordenador de a bordo, etcétera.
Y el otro punto clave, eso sí, está en la tecnología de conducción semi autónoma que, como habrás imaginado, hay que pagarla ‘por separado’. Una tecnología que, por cierto, Mercedes estrenó con su Clase E y que, más allá de lo que ofrece Volvo en su Serie 90 –por ejemplo-, añade el hecho de que tocar el intermitente es suficiente para que él mismo cambie de carril. Eso es lo que tiene de ‘especial’ el Tesla Model 3.