Mercedes goza hoy en día de una imagen más deportiva y juvenil, pero durante muchos años no destacaba en estos ámbitos. Si querías algo más deportivo, con prestaciones brutales debía recurrir a Brabus.
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Los inicios de Brabus, sin Mercedes-Benz
La empresa la fundaron Bodo Buschmann y Klaus Brackman en 1977, el nombre de la marca deriva de sus apellidos. Buschman compró las acciones de la empresa y hoy en día es su único propietario. Lo último que Brabus ha creado es la división Private Aviation, para personalizar jets privados. En 1979 comenzaron a preparar Mercedes Clase S blancos para millonarios del Golfo Pérsico, y en 1983 abrieron su primer concesionario. Eran los tiempos en que todo el mundo quería un Mercedes 190 y fue cuando empezaron con las preparaciones mecánicas.
Preparaciones mecánicas punteras
Brabus siempre se ha adelantado a Mercedes. Cuando Brabus lanzó un Mercedes SLK con motor V8, la marca de la estrella no se explicaba cómo lo habían metido. Tiempo después Mercedes saco el SLK AMG con un V8. Lo mismo pasó con los Clase G, los primeros en montarle un motor V12 biturbo fueron los mecánicos de Brabus. Mientras la mayoría de preparadores (casi todos desaparecidos) se limitaban a poner asientos de cuero, llantas o equipos de sonido, Brabus inauguró su propio centro de desarrollo técnico para fabricar coches con tecnología propia. De aquí salieron coches como el 500E con motor 6.9 V12 de 500CV en 1993. Bodo Buschmann ha tenido siempre muy claro que no quiere fabricar coches bajo su propia marca, aunque tiene tecnología e infraestructura para hacerlo y realmente sus coches más potentes difieren mucho de un Mercedes de serie.
“Si hiciéramos un coche con nuestro propio diseño y carrocería, perderíamos las ventajas de la calidad Mercedes. Y con esto me refiero a cosas aparentemente tan sencillas como la forma en que cierran las puertas, el sellado de los techos eléctricos o los diferentes mandos. Es muy importante para nosotros que todo funcione a la perfección en el uso diario”.
La vocación de Brabus de colocarse por encima de Mercedes en cuanto a lujo y potencia está más latente que nunca. Y no existe competencia entre las dos sino todo lo contrario, una colaboración que hace que se produzcan diferentes productos para diferentes clientes. De hecho Brabus fabrica 10.000 Smart Brabus al año que la propia Mercedes vende. Y este debe ser solo el principio de más acuerdos de colaboración estrecha entre las dos marcas.
Mercedes y Brabus, un binomio que interesa a ambos
Los productos más demandados en Brabus son los Clase G y el Clase S sin ninguna duda. Los países con mayor demanda son los países petroleros del Golfo Pérsico, China y antiguos países de la URSS. La capacidad de producción de la marca esta en unos sorprendentes 7.500 coches completos al año, sin contar los accesorios que fabrican y los 10.000 Smart. Estos últimos se hacen en serie, pero los 7.500 se hacen uno a uno. Las cinco fábricas de Brabus están situadas en la localidad de Bottrop. Para hacernos una idea del volumen de trabajo, tiene un aparcamiento exterior de 3000 plazas para coches esperando ser modificados. Tienen aproximadamente 360 trabajadores fijos en plantilla de los que 50 corresponden al departamento de desarrollo. El plazo de entrega de un modelo nuevo, desde que ellos lo reciben hasta la entrega al cliente ronda los tres meses, dependiendo del grado de preparación que necesite el coche. El precio puede incluso llegar a triplicar el precio del coche. Un 600S Maybach blindado puede superar los dos millones. También comercializan la marca Startech, que comenzó a preparar modelos de Jeep y Chrysler cuando esta se unieron con Daimler -que luego se deshizo- y han ampliado el negocio a marcas como Land Rover, Jaguar, Bentley y hasta Tesla.
Los clásicos están en auge, y Brabus está en ello
Pero el área de negocio que más crece en la actualidad es el de los clásicos. Y en contra de lo que podríamos esperar no hacen ningún tipo de modificación en el coche, solo restauran el coche devolviéndole el estado original, la regla es muy sencilla: mantener el cien por cien de originalidad, tanto las piezas como el motor e incluso el color original con el que el coche salió de la fábrica. Los coches clásicos que restaura Brabus tienen un precio muy elevado, pero también el valor es excepcional. Por poner un ejemplo, un Mercedes SL Pagoda restaurado al completo y con olor a nuevo cuesta 260.000 euros. El coche tiene un trabajo de 1.500 horas.
Cuando reciben un coche para restaurar tardan entre uno y dos años en tener el coche completamente terminado. Ahora mismo Brabus está ampliando mucho su negocio en este campo, comprando muchos Mercedes para restaurarlos y venderlos a sus clientes. También compran Ferraris con pocos kilómetros, Enzo, Porsche 959 y coches por el estilo para revenderlos a sus clientes. Por norma general, sus clientes son inversores que compran el coche con la idea de meterlo en un garaje y como mucho sacarlo algún domingo a pasear. Hoy en día una buena bolsa de coches clásicos es una maravillosa forma de invertir para tener un rendimiento estable de entre el 6% y el 10% anual. En los últimos 12 años los coches clásicos han tenido un incremento del 450% de su valor, lo que quiere decir que estamos en una media del 35% anual. Pero esto depende mucho del modelo en sí.
¿Donde terminan los sueños de las personas? Donde acaba el dinero…. La cuestión es que para muchos clientes de Brabus el dinero no tiene final, así que el limite lo pone la imaginación.