Parece que Nissan se unirá también al resto de marcas que ha decidido decir adiós al diésel en los próximos años, sobre todo en Europa. Es la crónica de una muerte anunciada en el que ya muchos fabricantes están modificando su estrategia de cara a los próximos años, eliminando el gasto de desarrollo que les genera este tipo de motores y así poder trasladarlo a versiones híbridas y eléctricas.
Nissan ha sido la última en llegar y se suma a otros fabricantes japoneses que ya han tomado una decisión similar como por ejemplo Toyota o Subaru. Volvo, el grupo FCA o Porsche también han sido otras marcas que han decidido prescindir del diésel de cara a la década que se aproxima.
La decisión está tomada aunque no los términos para llevarla a cabo
Nissan tiene muy clara la decisión aunque de momento no ha definido cuáles serán los pasos a seguir en los próximos años de cara a una escalada progresiva para la eliminación de los motores diésel de su actual gama en Europa ya que, en otros países, sí se seguirá comercializando.
Las marcas están viendo las orejas al lobo y en parte es más que lógico. Ya hace años anunciaron que con la disminución de las emisiones necesarias para poder cumplir las normas Euro venideras, los costes de desarrollo de los vehículos diésel serían cada vez más elevados y, al mismo tiempo, sería necesario introducir sistemas que disminuyesen la contaminación como por ejemplo el AdBlue.
Al final, esta investigación y también el necesario incremento de elementos en el vehículo suponen un sobrecoste que debe ser asumido por los compradores. Y si los vehículos gasolina y más los híbridos han reducido enormemente su consumo al mismo tiempo que la diferencia de precio entre los combustibles es menor (así como las revisiones y mantenimiento, más barato en los gasolina), es lógico que no salga rentable el comercio de los diésel. Ni para Nissan ni para casi ninguna otra marca.