La tasa de degradación de las placas solares es la que nos indica en qué medida, por año, los paneles solares pierden productividad. Es decir, que si en origen el panel solar tiene una productividad del 100%, con una tasa de degradación del 0,5% entonces el segundo año tendríamos una productividad del 99,5%. Y con estos mismos datos, después de diez años el mismo panel fotovoltaico estaría manteniendo una productividad del 95%. Por eso, conocer la tasa de degradación de las placas solares es fundamental para conocer cuál va a ser su vida útil o, dicho en palabras más sencillas, para saber cuántos años nos van a durar.
La mayoría de las personas creen que las placas solares duran 25 años y, en realidad, este dato es totalmente falso. Los paneles solares tienen una vida útil más extensa, aunque se suele considerar que es durante 25 ó 30 años el tiempo en el que la productividad es rentable para el propietario. La realidad es que la vida útil de los paneles solares depende, efectivamente, de la tasa de degradación de los mismos. Y no todas las placas solares tienen la misma tasa de degradación, sino que es algo que depende en gran medida de la calidad del equipo. De hecho, aunque la mayoría de las placas solares suelen tener una tasa de degradación del 0,5%, lo cierto es que a día de hoy los paneles solares de mayor calidad ya ofrecen una tasa de degradación del 0,3%, que es casi la mitad. Y eso, en efecto, se traduce en que este tipo de instalaciones fotovoltaicas duran casi el doble de tiempo con la misma productividad.
Qué es la tasa de degradación de las placas solares y por qué es tan importante que la conozcas
Cualquier panel solar tiene una eficiencia energética limitada; es decir, que tiene una capacidad limitada para convertir la radiación solar en la energía eléctrica que se utiliza en la vivienda. A partir de aquí, el primer día de uso el panel solar tendrá una productividad del 100%; es decir, que estará ofreciendo el máximo de su eficiencia energética. Sin embargo, año a año esta productividad se va reduciendo progresivamente, y el ritmo al que lo hace es precisamente la tasa de degradación del propio panel solar.
Lo que nos indica la tasa de degradación es qué porcentaje de productividad pierde cada año un panel solar. De tal modo que si tiene una tasa de degradación del 0,5%, que es lo más habitual, después de 25 años le quedará un 87,5% de la productividad original. Sin embargo, en paneles solares más modernos y de mayor calidad, que pueden llegar a ofrecer una tasa de degradación del 0,3%, después de nada menos que 25 años de uso se mantendrá al 92,5% de su productividad original.
Lo más habitual es que los fabricantes garanticen 30 años de productividad de sus paneles solares, aunque es cierto que se cubren mucho las espaldas. Es muy frecuente ver que en la garantía del producto se promete al menos un 70% de la productividad después de 25 ó 30 años de uso de los paneles solares desde el día de su instalación. Y como puedes ver, con datos de tasas de degradación habituales, el margen de diferencia es realmente amplio aunque nos asegura que el fabricante se hará responsable si algo sale mal con nuestro equipo fotovoltaico.
De la tasa de degradación también depende en gran medida cuánto dinero vamos a ahorrar en la factura de la luz a lo largo de los años. Porque el primer año nuestras placas solares darán el máximo rendimiento, pero ¿y los demás años? Cuanto más alta sea la tasa de degradación, y por tanto más rendimiento pierdan nuestras placas solares a lo largo de los años, menor irá siendo el ahorro que hagamos sobre la factura mensual de la luz. Porque, sencillamente, cada año irán produciendo menos energía eléctrica totalmente gratis para nuestra vivienda.