Una estación de servicio es un vendedor o distribuidor, al por menor, de productos derivados del petróleo. Más conocidas como gasolineras, las estaciones de servicio son establecimientos que se dedican a la venta al público de productos derivados del petróleo mediante surtidores. Es decir, que son vendedores de combustibles tales como la gasolina y el diésel, aunque también de otros como el GLP –Gas Licuado de Petróleo-, GNC –Gas Natural Comprimido- o AdBlue.
Las estaciones de servicio suelen estar ubicadas en ‘puntos estratégicos’, cerca de carreteras y también en zonas urbanas. En las gasolineras los vehículos pueden parar para repostar combustible, pero también para disfrutar de otros servicios como comprobar y ajustar la presión de los neumáticos, el líquido limpiaparabrisas, el líquido refrigerante y otros. En muchas estaciones de servicio se suelen ofrecer servicios como la limpieza o el lavado de vehículos –a mano o en túneles de lavado- o aspiradores para limpiar el habitáculo de nuestros coches.
Tipos de estación de servicio según la legislación
En España, la legislación establece que existen dos tipos de puntos de venta al público de los productos derivados del petróleo. Según la clasificación que hace la Ley en nuestro país, las que comercializan gasolinas, gasóleos y lubricantes son consideradas como estaciones de servicio. Pero únicamente se considerarán así cuando se distribuyan tres o más productos distintos de cada uno de estos; y por entrar dentro de esta clasificación, la normativa les exige que se disponga de suministro de agua dentro del propio recinto. Si se cumplen los requisitos que describíamos anteriormente, entonces hay algunas obligaciones asociadas y, por tanto, sí se podrá entrar dentro de la categoría y consideración legal de estación de servicio.
Sin embargo, hay establecimientos que no llegan a tres productos distintos de gasolinas y gasóleos, que por la normativa aplicable se consideran dentro de la categoría de unidad de suministro. Tanto estas últimas como las anteriores, que son las estaciones de servicio propiamente dichas, pueden contar con servicios complementarios como tienda, supermercado, restaurante y otros. En algunos casos, incluso, dentro del mismo recinto hay hoteles y otros hospedajes.
¿Qué hay y qué se puede comprar en una estación de servicio?
Las estaciones de servicio suelen ofrecer gasolina, tanto de 95 octanos como de 98 octanos, así como diésel, tanto A como normal y premium. En algunos establecimientos hay más opciones de combustible, dentro de la misma categoría, y en otros establecimientos se distribuye una menor cantidad de variedades de cada uno de los carburantes. La evolución de este tipo de distribuidores ha llevado a que actualmente haya, en algunos establecimientos, otros combustibles alternativos –o ecológicos- como el GLP, el GNC o el biodiésel, entre algunos otros. Además, cada vez más gasolineras se van adaptando a la evolución del mercado y cuentan con puntos de carga para coches eléctricos.
Sumada a la distribución de los combustibles que anteriormente mencionábamos, hay en muchas estaciones de servicio en las que se puede encontrar AdBlue, que es un aditivo diseñado para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos con motor diésel. También es posible encontrar bombonas de butano para el uso doméstico. No obstante, este tipo de negocios están centrados principalmente en la distribución de carburantes.
En una estación de servicio, el carburante se distribuye a partir de los surtidores, pero bajo los mismos hay enormes depósitos de combustible que es donde se almacena el carburante para su distribución al cliente final. Este tipo de depósitos subterráneos están regulados por la legislación española, que obliga a que estén fabricados en acero, o en plástico reforzado con vidrio, y que exige también que sean de pared doble o pared simple, pero cumpliendo los requisitos que se establecen en la correspondiente normativa.