El biodiésel, conocido también como biogasóleo, es una alternativa total o parcial al gasóleo obtenido del petróleo; es decir, el conocido también como petrodiésel o, en definitiva, diésel convencional. Es un líquido que se obtiene a partir de lípidos naturales, como aceites vegetales o grasas animales, con uso previo o sin él y a través de procesos industriales de esterificación y trasesterificación. En algunos casos se mezcla con gasóleo procedente del petróleo en diferentes proporciones.
En el biodiésel, para conocer cuál es el porcentaje por volumen de biodiésel en la mezcla, se utilizan notaciones como B5, B15, B30 ó B50. En este tipo de notaciones es la numeración la que indica qué porcentaje de biodiésel, por volumen, hay en la mezcla. Por eso, cuando solo se utiliza biodiésel se denomina B100. Y a pesar de que se denomine biodiésel, en realidad no es un líquido ecológico y respetuoso con el medio ambiente, sino que más bien genera un aumento de la deforestación de bosques primigenios y el desplazamiento de cultivos alimentarios.
Qué es el biodiésel
Desde la invención de los motores diésel, y gracias a los trabajos de Rudolf Diesel, ya se conocen cuáles son las propiedades del aceite vegetal para la impulsión de motores. Ya entonces se destinaba a la combustión en motores de ciclo diésel tanto convencionales como adaptados. Sin embargo, el biodiésel ganó protagonismo a principios del siglo XXI y en el contexto de la búsqueda de nuevas fuentes de energía renovables. Se trató de impulsar su desarrollo para la utilización del mismo en automóviles como combustible alternativo a los derivados del petróleo, principalmente la gasolina y el diésel convencionales.
Para el uso de biodiésel hay que hacer adaptaciones en algunos casos. Este tipo de combustible descompone el caucho natural, de manera que hay que sustituir el caucho natural por elastómeros sintéticos cuando se utilizan mezclas de combustible con un elevado contenido de biogasóleo. Pero hay otros muchos problemas que produce el biodiésel, como los ecológicos que comentábamos anteriormente y que propicia la expansión indiscriminada de la frontera agrícola. Además, también impulsa la destrucción del ecosistema y de la biodiversidad, y el desplazamiento de los trabajadores rurales.
El biodiésel no tiene nada que ver con el gasóleo agrícola –el gasóleo B-, que es el que se utiliza para el funcionamiento de la maquinaria agrícola. Se ha propuesto denominarlo agrodiésel, para evitar el uso del prefijo bio, que se suele asociar a conceptos ecológicos y respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, hay marcas de productos de petróleo que ya llevan años utilizando esta denominación, agrodiésel, para sus productos gasóleo B.